10 CONSIDERACIONES CLAVE
ETE / CMC-Documento de referencia (proyecto) para su uso en las asociaciones de escuelas teológicas y universidades, WOCATI y en el proceso de Edimburgo 2010
(traducción Google del inglés, con ‘retoques’)
1) El ecumenismo como una necesidad urgente en la educación teológica
La base del CMI afirma: “El Consejo Mundial de Iglesias es una comunidad de iglesias que confiesan al Señor Jesucristo como Dios y Salvador según las Escrituras, y procuran responder juntas a su vocación común, para gloria del único Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo”. En la constitución del CMI, la preocupación por la educación teológica ecuménica es de las que reciben una alta prioridad: Es concretamente como uno de los principales fines y funciones del CMI para “alimentar el crecimiento de una conciencia ecuménica a través de procesos de educación y una visión de la vida en comunidad arraigada en cada contexto cultural particular” (CMI constitución par III). El movimiento ecuménico desde su inicio y hasta antes de la fundación del CMI 1948 (comp. historia del Consejo Mundial de Educación Cristiana) tenía un impacto profundo en la comprensión de la educación cristiana en general y la formación ministerial para los futuros ministros y sacerdotes, en particular. Si el movimiento ecuménico en su conjunto se trata de reforzar el testimonio común y la promoción de nuevas formas de la unidad visible entre las iglesias de diferentes denominaciones y tradiciones confesionales entonces, el escándalo de las iglesias que permanecen en la desunión y el uso de imágenes distorsionadas de iglesias hermanas en los materiales propios de educación y publicaciones, es necesario superarlo con la prioridad más importante en el ámbito de la educación teológica y la formación ministerial. El fortalecimiento y la búsqueda de la unidad de la Iglesia en la educación teológica es un imperativo evangélico de una iglesia unida en la afirmación de la Iglesia como “una, santa, católica y apostólica” en su esencia (el Credo niceno-constantinopolitano [381]) (interdenominacional o dimensión eclesial de la formación ecuménica). La aparición de instituciones interdenominacionales o no-interdenominacionales de educación teológica en los 50's y 60's que fue apoyada deliberadamente por el Fondo de Educación Teológica (TEF) de la IMC, así como la introducción de cursos de distinta presentación y un curriculum en el ecumenismo y el movimiento ecuménico fue consecuencia de esta visión eclesiológica. El énfasis sobre la cooperación interconfesional en la educación teológica, así como el desarrollo de material didáctico adecuado sobre el ecumenismo sigue siendo un componente indispensable y en muchos lugares aún no tienen la educación teológica de pastores y ministros.
No hay futuro para el movimiento ecuménico en su conjunto si no hay compromiso con los procesos de formación ecuménica en los programas de educación formal y no formal-teológica de las iglesias miembros del CMI. Si la educación teológica no puede estar guiada por una visión ecuménica de una iglesia renovada en la misión y el servicio a toda la humanidad habrá una grave escasez en términos de una nueva generación de líderes cristianos, pastores y maestros teológica ejercicio de la visión ecuménica y compromiso en el siglo 21 y una brecha cada vez mayor y el alejamiento entre el clero y la mayoría de los expertos cada vez menos en el movimiento ecuménico y el discurso teológico ecuménico que ya se puede observar en un número de iglesias miembros.
2) La contextualización de la educación teológica
La formación en la educación teológica ecuménica es guiada por la visión de la iglesia verdaderamente unido y al servicio de la renovación de la comunidad humana. Por lo tanto, la formación ecuménica va más allá de la esfera de las cuestiones de la unidad de la iglesia interior para hacer frente a cuestiones fundamentales de la familia humana y la supervivencia de toda la tierra. Inspirado por la visión ecuménica de Dios como el dueño de toda la tierra (oikoumene), así como la visión escatológica de un cielo nuevo y una tierra nueva, la educación teológica ecuménica en la comprensión de que siempre tratará de responder a las necesidades apremiantes de los contextos sociales y estar relacionado con cuestiones de la supervivencia humana, tanto en global y en los ambientes locales. La educación teológica concerniente a las realidades de determinados contextos sociales y culturales, la educación teológica liberadora de toda cautividad de determinadas ambientes sociales, culturales unilateralidad y la ceguera espiritual a los valores religiosos que existen en ciertas tradiciones indígenas ha sido una preocupación esencial del CMI en el programa en la educación teológica (PTE) desde los años sesenta (dimensión social o contextual en la formación ecuménica de la educación teológica). La demanda de la contextualización de la educación teológica en cuanto a la apertura de su programa a las realidades y desafíos de la iglesia contextos diferentes, las identidades culturales y las situaciones que viven tanto en el Sur global, así como de las consecuencias de la globalización en las iglesias orientada al oeste y la pluralización de la vida- estilos y las orientaciones religiosas en su propio seno sigue siendo una tarea permanente de todo el mundo la educación teológica. Algunas de las áreas en las que la contextualización de los diseños curriculares fueron los más prominentes y exitosos para la ETE en los últimos tiempos fue el desarrollo del VIH / SIDA y currículo hacer teología desde la perspectiva de la discapacidad.
3) La educación teológica para el pueblo de Dios
Formación ecuménica en la educación teológica desde el redescubrimiento de la importancia de los laicos y su función misionera en la iglesia y la sociedad (Evanston Asamblea 1954) también se guía por el redescubrimiento del carácter global del ministerio de todo el pueblo de Dios, al que se llaman a todos los que han recibido el bautismo. La formación ministerial en el debate ecuménico sobre la educación teológica desde los años 70 se entendía como una expresión particular y una parte específica de la tarea más completa de equipamiento de todo el pueblo de Dios por las múltiples formas de los ministerios de y en la comunidad cristiana. Las nuevas formas de establecer la formación teológica, las formas no-residencial de la educación teológica para los laicos, tanto así como para los futuros ministros han sido una contribución fundamental a la ampliación de la educación teológica para todo el pueblo de Dios, que es una exigencia esencial para una comprensión integral y participativa de la misión de la Iglesia como cuerpo de Cristo (dimensión misionera o participativa de la formación ecuménica en la educación teológica). Lo que ha cambiado la educación teológica más dramáticamente en las últimas décadas es también la creciente participación de mujeres en la enseñanza, la investigación y la creación de redes de teología en muchas regiones del mundo. Redes teológicas feministas y de la mujer, la profundización de la hermenéutica feminista, así como la promoción de la mujer en posiciones de liderazgo de la enseñanza teológica y de investigación es una parte indispensable de la formación ecuménica en la educación teológica en la actualidad. Cómo apoyar a las mujeres en la educación teológica y la investigación teológica y la forma de mantener un equilibrio adecuado entre programas de formación de laicos y programas de formación ministerial (y suficientes para asegurar la interacción entre ambos) siguen siendo dos de las principales preocupaciones en el trabajo hacia la educación teológica para todo el pueblo de Dios.
4) El diálogo interreligioso en la educación teológica
formación ecuménica en la educación teológica en cuarto lugar se guía por una visión de compartir y llegar a descubrimientos mutua más allá del ámbito del cristianismo a la comunidad humana en toda la tierra habitada (oikoumene) y teniendo en cuenta los desafíos de los cristianos que viven en barrios cercanos y experimentar el intercambio mutuo y la solidaridad con personas de otras tradiciones religiosas en la iglesia muchos contextos. Por lo tanto encuentro interreligioso y el aprendizaje sobre lo que puede ser afirmado en una acción común por la paz, la justicia y la dignidad humanas con personas de otras tradiciones de fe de vida es un componente integral de la formación ecuménica (dimensión interreligiosa de la formación ecuménica) que no está poniendo en peligro la propia identidad cristiana, sino más bien la profundización en los procesos de comunicación y el intercambio con personas de diferentes credos. Con la reciente Carta de unos 140 líderes musulmanes (“Una palabra común entre nosotros y ustedes”) a los líderes de las Iglesias cristianas de todo el mundo en la fiesta de “Eid al-Fitr al-Mubarak” 2007, que marca el final del Ramadán , y la respuesta del CMI esta dimensión de nuevo todo se convierte en una prioridad urgente como para instituciones de educación teológica.
5) La formación espiritual en la educación teológica
Muy a menudo los procesos de formación ecuménica han descrito como teniendo una base espiritual profunda y carácter para remitir a la comprensión misma bíblica como la iglesia como comunidad de aprendizaje (dimensión espiritual de la formación ecuménica). “Aprender en la Biblia es un proceso mediante el cual las personas se relacionan con Dios y la manera de Dios de la verdad, la justicia y la paz, para que en la práctica, la obediencia de esa manera en sus relaciones entre sí y que se extiende a las naciones ... El aprendizaje no significa simplemente la adquisición de conocimientos o habilidades, o intelectualmente equipado, o simplemente la memorización de algunos catecismo de la fe. Más bien significa para entrar con todo nuestro ser y con toda la gente en una relación con Dios a través de auto-revelación de Dios, que nuestros horizontes se amplían y nuestras voluntades reforzados a fin de estar bien con Dios y unos con otros en palabra y acción “( Philip Potter en Vancouver, 1983). Si la formación ecuménica es acerca de convertirse en abierto y receptivo a la voluntad de Dios en el conjunto de nuestra propia existencia, la formación ecuménica no es sólo una forma barata de añadir algunos datos adicionales al plan de estudios teológicos, sino que implica un cierto aspecto de profundidad y conversión espiritual y metanoia en la comprensión de la propia existencia cristiana, tanto la propia, así como la identidad propia confesión, una conversión de denominacionales egocentrismo y cautiverios culturales a las realidades de la misión de Dios en toda la tierra habitada. “Tener la espiritualidad ecuménica en oración en común y otras formas como el puntal de la formación ecuménica invita a todos a la conversión y cambio de corazón que es el alma misma de la obra para la restauración de la unidad.” (Documento de estudio sobre “Formación Ecuménica” del Grupo de Trabajo Conjunto entre la Iglesia Católica Romana y el CMI en Ginebra, 1993).
6) La formación ecuménica como la participación informada en el movimiento ecuménico
No por último es un principio metodológico determinado del trabajo en la comprensión de la formación ecuménica, que se debe a la apropiación y la integración de gran parte de las revoluciones didáctico y catequético y los cambios fundamentales que ocurren en el paradigma, la pedagogía de los oprimidos, los métodos de la concientización y los métodos de aprendizaje mediante la participación en una acción en común que han llegado con fuerza en el debate ecuménico de aprendizaje durante los años 70's y 80's (didáctica, dimensión práctica o liberadora en la formación ecuménica en la educación teológica). Ya en la temprana y la primera declaración del CMI en 1957 sobre la educación ecuménica hizo hincapié y se puso en práctica la participación concreta como una prerrogativa del propio aprendizaje ecuménico: “La educación Ecuménica ya no puede limitarse a la historia de los intentos de reunir a las iglesias o el desarrollo de las organizaciones ecuménicas. La educación ecuménica significa, esencialmente, fomentar el entendimiento, el compromiso y la participación informada en este proceso ecuménico “(Comité Central 1957). La formación ecuménica no es posible sin un enfoque didáctico y pedagógico que fomente la participación práctica, tanto en proyectos locales como en regionales y mundiales de la cooperación ecuménica y luchas por la dignidad humana, la reconciliación y la justicia social. Lo que en algunas zonas se conoce como “la globalización en la educación teológica” (aunque este término no está exento de ambigüedad) puede ser entendida en términos de equipamiento, tanto los futuros ministros, obreros de la iglesia y los laicos para que la información teológica refleje la participación en el movimiento ecuménico mundial profundizando su formación en la teología intercultural, el diálogo interreligioso, la historia del ecumenismo, ecumenismo y Misionología, y ecuménico y ética social, al mismo tiempo que permanece fiel a sus propias demandas contextuales para relacionar el Evangelio a una cultura determinada y de la situación.
7) Los principales objetivos y principios de la formación ecuménica
Lo que sigue a estas seis dimensiones fundamentales de la formación ecuménica para la comprensión de los objetivos y principios de la formación ecuménica se ha redactado en el documento clave del CMI en 1989 “Alive juntos - una guía práctica de aprendizaje ecuménico” en ciertas formulaciones alternativas clave para principios de aprendizaje ecuménico, a saber:
a) El aprendizaje que permite a las personas, sin dejar sus raíces en una tradición de la iglesia, para ser abiertas y receptivas a la riqueza y las perspectivas de otras iglesias, para que puedan participar más activamente en la búsqueda de la unidad, la apertura y la colaboración entre las iglesias;
b) El aprendizaje que permite a las personas de un país, idioma, etnia, clase o política y sistema económico, para ser sensibles y receptivos a los de otros países, grupos étnicos, las situaciones políticas y económicas, de modo que puedan convertirse en participantes activos en la acción por un mundo más justo;
c) el aprendizaje ecuménico es lo que sucede cuando las personas diversas, con raíces en sus tradiciones de fe y experiencias complejas de la cultura, género, nacionalidad, raza, etc., llamada a ser abierto y receptivo a la riqueza de perspectivas en la lucha de los demás, intentando conjuntamente conocer a Dios y ser fiel a la intención de Dios para ellos en su mundo.
d) promover el aprendizaje ecuménico es un proceso mediante el cual
- Los diversos grupos e individuos
- Bien enraizados en su fe, sus tradiciones, culturas y contextos,
- Están en condiciones de [riesgo] encuentros sinceros unos con otros delante de Dios,
- Al estudiar y luchar juntos en comunidad,
- Personalmente de las cuestiones pertinentes,
- A la luz de las Escrituras, la tradición de su fe, el culto y las realidades globales,
- Resultando en la acción comunal en la fidelidad a la intención de Dios para la unidad de la Iglesia y la humanidad, y por la justicia, la paz y la integridad de la creación. ”
O, para recordar una fórmula que se utilizó durante la Asamblea de Vancouver de 1983: el aprendizaje ecuménico, tanto en la educación teológica, así como en la educación cristiana en su conjunto se caracteriza por las marcas esencial que
“a) que trasciende las barreras - de origen y la biografía, individuales, así como las limitaciones de la comunidad, porque responde a la exhortación de la Palabra de Dios y los horizontes de largo alcance de la promesa de Dios
b) es orientado a la acción, no está satisfecho con la información, pero dirigida a capacitar a los cristianos a actuar con el fin de aprender, de estar a bien con Dios y unos con otros, de palabra y obra
c) se hace en comunidad, en la que se pide al establecer relaciones entre sí y también con aquellos que están lejos y con lo que no está familiarizado
d) que significa aprender juntos, la detección de lo global en lo local, lo desconocido en el contexto de su propio ambiente, con el fin de tomar conciencia de los propios horizontes limitados y las repercusiones
e) es inter-cultural, promoviendo el encuentro de diferentes culturas, tradiciones y formas de vida, ya que sólo una ampliación de perspectivas traerá sobre las experiencias de las riquezas de la creación en la naturaleza, la historia y la cultura
f) se trata de un proceso total, sociales y religiosos de aprendizaje que no están separados unos de otros, sino que constituyen una unidad “.
8) La competencia teológica redefinida para una época ecuménica del cristianismo mundial
Esto se puede resumir: la educación teológica de la iglesia en su conjunto no puede estar completa sin desdoblándose y se dirige hacia el equipamiento de una futura generación de ordenados y no ordenados partícipes de los ministerios del múltiple de la iglesia con
a) una competencia pastoral que es acerca de la habilitación y la construcción de los individuos como las comunidades cristianas a fin de ser testigos vivos del poder vivificante del Evangelio y el poder transformador del Espíritu Santo en la palabra, la liturgia y los sacramentos;
b) una competencia de liderazgo que faculta a los controles en lugar de los múltiples dones de una comunidad cristiana y contribuye a que, equipar y discernir estos dones y carismas para el beneficio tanto de la edificación de la congregación local (oikodome), así como la paz y la justicia para el conjunto de la comunidad humana;
c) una competencia teológica que es sobre la capacidad de dar voz a las experiencias espirituales de una comunidad cristiana, la interpretación bíblicas y tradición de la iglesia de manera significativa a los contemporáneos y relacionar los conocimientos fe de una comunidad local a los tesoros y los retos de la Iglesia universal y el discurso contemporáneo de la cultura y la sociedad;
d) una competencia misionera, que está sobre la capacidad para discernir y para dar forma a las exigencias y las promesas del Evangelio en relación a la vocación misionera y evangelizadora de la Iglesia y el anhelo de sanación y la integridad, la paz y la reconciliación en la comunidad humana ;
e) una competencia ecuménica que los incluirán en las otras dimensiones subrayadas, en particular que ninguna iglesia puede ser la iglesia para su uso exclusivo y cada iglesia llega a ser verdaderamente la Iglesia en el pleno sentido de la palabra si y hasta ahora se relaciona con la comunión del cristiano iglesias verdaderamente unida tanto a nivel local como a nivel mundial en la oración, el testimonio y servicio. Esto significa que la educación teológica está tomando en serio la naturaleza básica tanto de la catolicidad y la apostolicidad, como la unidad y la santidad de la Iglesia universal.
En esencia, lo que está en juego tanto en la formación ecuménica en la enseñanza teológica de hoy es nada menos que volver a descubrir y adaptarse a la naturaleza verdaderamente global y ecuménica de la iglesia, existente dentro de las múltiples formas del cristianismo mundial que se ha convertido en una nueva realidad sólo después del cambio gradual del centro de gravedad desde el Norte al Sur y al mismo tiempo se presenta como un multi-centro mundial de la cristiandad del Sur o del mundo “dos tercios”. Para la mayoría en los últimos siglos de la historia del cristianismo, la reflexión teológica, la interpretación de la tradición cristiana y la percepción de las culturas y las condiciones de vida en las “periferias” fue fuertemente influenciado y realizadas desde el punto de vista de uno o varios centros dominantes del cristianismo mundial (Jerusalén en el siglo I, Roma hasta el siglo IV y más allá de mucho, más de la cristiandad occidental contra el cristianismo de Oriente en la Edad Media, del Atlántico Norte sobre el cristianismo contra el cristianismo en el Sur de unos 200-300 años, durante la expansión colonial y la dominación). Si bien la dominación y el etnocentrismo cultural y económico siguen en curso con respecto al americano y / o la cultura occidental y los estilos de vida en muchos niveles en la teología y la educación teológica, el cristianismo global del Sur durante los últimos 30 años más o menos (comp. el papel de el mundo Bangkok conferencia misionera en el debate ecuménico sobre la misión de 1974) ha entrado en una etapa en la que una comprensión verdaderamente multicéntrica del cristianismo ha surgido y una pluralidad sin precedentes efectivo de cristianos de las interpretaciones ha sido desarrollado y es promovida. La formación ecuménica (o la globalización en la educación teológica) es el proceso inacabado teológica y didáctica en la que las iglesias en todo el mundo se están alineando y la apertura a las realidades propias de un verdadero multi-centrado y el cristianismo global de múltiples facetas en el siglo 21 lo que cualquier actitud desafiante, prejuicios ocultos o manifiestos prácticas de dominación cultural, teológico e interpretativo por cualquier cultura mayoritaria asumida en el cristianismo mundial. Esto significa que la formación ecuménica es de reapropiarse el carácter ecuménico de la Iglesia tal como es confesada en el Credo (una, santa, católica y apostólica) aunque bajo nuevas condiciones históricas y sin precedentes.
9) Los nuevos desafíos para la formación ecuménica en el inicio del siglo 21
En el principio del siglo 21 nos encontramos en una nueva situación histórica en la que ambos necesitan una articulación nueva de la visión ecuménica (que ha perdido algo de su impulso y apoyo en el nivel local), así como un nuevo compromiso significativo y relevante para la educación y la formación ecuménica de las iglesias miembros del CMI en su conjunto si el movimiento ecuménico debe seguir siendo una fuerza vital de la renovación y la conversión en el cristianismo mundial. La nueva situación se caracteriza particularmente por el hecho de que la rápida globalización de los mercados, medios y tecnologías ha dado lugar a reacciones contrarias en términos de las diferentes formas de fundamentalismo creciente afirmación exclusiva y cerrada nacionales, étnicas, culturales y las identidades religiosas. Estos factores de fragmentación cada vez mayor y las tendencias fundamentalistas en medio de la globalización nos obliga a renovar y repensar nuestro compromiso con la formación ecuménica, como una necesidad urgente y prioritaria para salvaguardar la continuación del movimiento ecuménico y el testimonio ecuménico en su conjunto. Promover una orientación en la educación teológica ecuménica es la única opción posible para mantener una “alternativa y visión ecuménicamente responsable de la globalización” en contra de las tendencias cada vez mayor hacia la fe cristiana ni la retirada de la responsabilidad pública y el diálogo completo (privatización), o diríjase a provincianismo confesionales y eclesial egocentrismo (confesionalización) o para buscar refugio en el fundamentalismo religioso (simplificación) dentro de la familia cristiana o en relación con otras religiones. Así, la formación ecuménica no es sólo una marca “constitutiva de la iglesia es la iglesia” (Vancouver 1983), sino también una prioridad esencial de la nueva urgencia a principios del siglo 21.
10) Aprendizaje ecuménico costoso - sugerencias para la aplicación práctica en la educación teológica
No hay forma barata de añadir la formación ecuménica en los sistemas existentes de educación teológica y planes curriculares. Más bien la introducción de la formación ecuménica tiene un cierto precio, ya que puede implicar una reordenación de las prioridades en la educación teológica en términos de contenidos, métodos y principios de trabajo aplicada - pero la forma costosa de la integración de la formación ecuménica es recompensado por un profundo proceso de ampliación y profundización de la verdad y la educación teológica:
a) las culturas poderosas y dominantes, así como las percepciones teológicas están llamadas a renunciar a su sentido de control, permitir una mayor integración y los procesos de reorientación de las culturas minoritarias y las percepciones teológicas que contribuyen al carácter holístico del cuerpo de Cristo realmente unido;
b) las tradiciones denominacionales mayoría de una determinada región tienen el reto de incluir presentaciones correcta y verdaderamente la participación de las tradiciones cristianas minoritarias dentro de su propio contexto, así como de otros contextos en su plan de estudios teológicos y materiales de enseñanza teológica (manuales);
c) las instituciones de educación teológica de un contexto y los antecedentes denominacionales tienen el reto de desarrollar una asociación a largo plazo y programas de intercambio con instituciones de educación teológica a partir de un contexto diferente y el fondo la iglesia;
d) los estudiantes tienen el reto de aprender al menos una lengua diferente de su lengua nativa y la lengua dominante de su contexto para ser sumergido y se introduce en los desafíos y la dinámica de la comunicación intercultural adecuada (por ejemplo con las culturas inmigrantes en su contexto);
e) el cruce de las fronteras culturales y denominacionales durante un determinado período en un plazo determinado de un programa de educación teológica propia se convierte en un componente obligatorio de cualquier programa de educación teológica;
f) participar en el cuidado del ecuménico y el compartir ecuménico de recursos financieros para todo el mundo, la educación teológica en el contexto de las desigualdades graves y persistentes en términos de medios financieros para la educación teológica se convierte en un componente estructural de sus facultades de teología / facultad / universidad (ya sea otorgando becas a una universidad en otro contexto o ampliar suscripciones ecuménicas diario para otras universidades, proporcionando ubicaciones para los estudiantes internacionales y conferencias en la propia universidad);
g) el ecumenismo, la teología ecuménica intercultural y de la misionología son las dos dimensiones necesarias y los horizontes dentro de los cinco clásicos de la ciencia teológica disciplina así como merecen y la demanda de un lugar distinto y ámbito de estudio e investigación en la composición de las facultades de teología;
h) el individualismo, el voluntarismo y la vida del denominacionalismo unilateral en la universidad son desafiados por la introducción deliberada de elementos ecuménica en la vida de adoración regular de cualquier colegio determinado (por ejemplo, intercesiones por otras iglesias, las declaraciones de la fe de otras tradiciones, la música y los himnos del cristianismo mundial) ;
i) la mutualidad y la reciprocidad se apoya en las relaciones de asociación entre universidades / facultades, en un contexto a las universidades / facultades de otro contexto (con el fin de evitar la dependencia unilateral, dar una mentalidad-direccional, la falta de respeto y reciprocidad en los procesos de intercambio entre los contextos de desigualdad);
j) las iglesias tienen el reto de fortalecer su sentido de responsabilidad y propiedad de las instituciones de educación teológica como una fuente vital para su propia renovación acompañando a las instituciones de educación teológica adecuada, por lo dispuesto en los presupuestos de la iglesia para el apoyo financiero correspondiente y apropiado para las instituciones de educación teológica, la creación de fondos de becas en particular para la dotación de programas de Magíster y Doctorado y de embarcarse en planes de desarrollo prorregional para el futuro de la educación teológica.
k) el apoyo y el fortalecimiento de las iniciativas bilaterales y multilaterales para el reconocimiento y acreditación de las instituciones de educación teológica en el Sur global en otros países (Tanto en el Sur, así como en el Norte) es una tarea urgente para la cooperación mutua entre asociaciones de escuelas teológicas en WOCATI y más allá.
La Asamblea del CMI en Porto Alegre ha puesto de relieve la centralidad de la formación ecuménica de todos los aspectos de la labor del CMI, así como para la educación teológica en sus iglesias miembros. El proceso se desenvuelve en las implicaciones concretas de esta tarea global y compleja que no ha hecho más que empezar.
Enero 2008.- CMI / ETE
Rev. Dr. Dietrich Werner
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