Texto completo del discurso del Papa a la
Renovación Carismática Católica Internacional:
Hermanos y hermanas:
Gracias por el testimonio
que ustedes dan hoy aquí. Nos hace bien a todos, me hace bien a mí también.
Hoy estamos aquí como en un
cenáculo pero a cielo abierto. Porque no tenemos miedo al cielo abierto. Y
también con el corazón abierto a la promesa del Padre. Nos hemos reunido, todos
nosotros creyentes, todos los que profesamos que Jesús es el Señor. Muchos han
venido de diversas partes del mundo y el Espíritu Santo nos ha reunido para
establecer los lazos de amistad fraterna que nos dan fuerzas en el camino hacia
la unidad. Unidad por la misión no para quedarnos quietos. No, unidos por la
misión de proclamar que Jesús es el Señor.
Para anunciar juntos el
amor del Padre por todos sus hijos. Para anunciar la Buena Nueva a todos los
pueblos para demostrar que la Paz es posible.
No es fácil demostrar que la
Paz es posible en este mundo pero con el poder de Jesús podemos demostrarlo.
Pero, es posible si entre nosotros también estamos en Paz. Pero si nosotros
encendemos las diferencias y estamos en guerra entre nosotros no podemos
anunciar la Paz. La Paz es posible a partir de nuestra confesión de que Jesús
es el Señor. Es el Espíritu Santo el que crea unidad entre nosotros. Domingo
La venida del Espíritu
Santo transforma hombres cerrados a causa del miedo en testimonios valientes de
Jesús. Pedro, que renegó a Jesús tres veces, lleno de la fuerza del Espíritu
Santo proclama para que sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios ha
constituido en Señor a aquel Jesús que ustedes han crucificado. Y esta es la
profesión de fe de cada cristiano: Dios ha constituido a Jesús en Señor.
Hoy, hemos elegido
reunirnos aquí en este lugar, porque aquí durante las persecuciones fueron
martirizados muchos cristianos, para el divertimento de aquellos que veían. Hoy
hay más mártires que antes. Quienes matan a los cristianos lo hacen sin ninguna
distinción. El ecumenismo de la Sangre, de tantos mártires.
Hoy es más urgente que
nunca la unidad entre los cristianos. Caminar juntos, trabajar juntos. Amarse.
Y juntos buscar explicar nuestras diferencias, ponernos de acuerdo, pero en
camino. Si permanecemos quietos sin caminar, nunca nos pondremos de acuerdo.
Porque el Espíritu nos quiere en camino.
50 años de la Renovación
del Movimiento Carismático Católico. Una corriente de gracia del Espíritu. ¿Y
por qué de gracia? Porque no tiene fundador, ni estatutos ni gobierno.
Claramente, en esta corriente han nacido muchas expresiones que ciertamente son
obras humanas inspiradas por el Espíritu, con varios carismas y todos al
servicio de la Iglesia. Pero a la corriente no se le puede poner un dique ni
encerrar al Espíritu Santo en una jaula.
Alegría y coraje. Eso da el
Espíritu Santo. El cristiano o experimenta la alegría del Espíritu de Dios en
su corazón o hay algo que no va funciona bien.
Bautismo en el Espíritu
Santo, alabanza, oración y servicio a la sociedad, están unidos, son
indisolubles. Puedo alabar en sentido profundo pero si no ayudo al hermano que
me necesita no basta, no es suficiente.
Queridos hermanos y
hermanas, les deseo un tiempo de reflexión, de memoria de los orígenes. Un
tiempo para cargar sobre las espaldas todas aquella cosas que hemos ido
añadiendo con nuestro propio ser y transformarlo en escucha y en alegre acogida
del Espíritu Santo que actúa dónde y cómo quiere.
Agradezco a todos por la
organización de este Jubileo de Oro, por esta vigilia y agradezco a cada uno de
los voluntarios que lo han hecho posible y mucho de los cuales se encuentran
aquí. También saludo a los jóvenes de tantas partes del mundo.
Gracias Renovación
Carismática católica por todo lo que han dado a la Iglesia en estos 50 años. La
Iglesia cuenta con ustedes, con su fidelidad a la Palabra y su disponibilidad
al servicio y sobre los testimonios de vidas transformadas por el Espíritu
Santo.
Fuente religión digital
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