miércoles, 27 de junio de 2018

Iglesia de Corintio y la Iglesia hoy 1 Corintios. 1, 1-17

“Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes
saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto,  a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro.
 Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.”

En los versículos 1 al 4, es como una presentación, el saludo de Pablo y de Sóstenes, posiblemente autor material de la carta, su saludo va a todos los cristianos de Corinto, pero no sólo de allí sino a cuantos invocan a Jesús el Señor común, con un deseo que La Gracia y la Paz que proceden de Dios Padre y de Jesús venga sobre todos.

Y, aquí  ya tenemos que imitar los cristianos de todas las Iglesias, considerar hermanos a todos los que invocan el Nombre de Jesús, es decir a todas las Iglesias y Comunidades cristianas.

Sigue la acción de gracias

Acción de gracias
 No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús. En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes.
 Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia.
Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
 Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

Del  4 al 10: Pablo da gracias a Dios por los dones que ha dado a los corintios para que fuesen fieles, y, aceptasen a Jesús, y, confía en Dios, en que se los seguirá dando

Del mismo modo nosotros deberíamos tanto unos como otros agradecer a Dios todo lo bueno, todos los dones que ha dado a los demás cristianos, y, la fortaleza que le está dando ahora a los mártires en Corea del Norte, Siria, Nicaragua, Irán, Venezuela…


Viene después la parte amarga, las divisiones

Del 10 al 17, Pablo se lamenta de ello

“LAS DIVISIONES EN LA COMUNIDAD
Reprobación de las discordias
Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo,  los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir.
Porque los de la familia de Cloe me han contado que hay discordias entre ustedes.
 Me refiero a que cada uno afirma: "Yo soy de Pablo, yo de Apolo,    yo de Cefas, yo de Cristo".
 ¿Acaso Cristo está dividido? ¿O es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O será que ustedes fueron bautizados en el nombre de Pablo?
Felizmente yo no he bautizado a ninguno de ustedes, excepto a Crispo  y a Gayo.         
 Así nadie puede decir que ha sido bautizado en mi nombre.
 Sí, también he bautizado a la familia de Estéfanas,  pero no recuerdo haber bautizado a nadie más.
 Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia”

Nosotros lo estamos repitiendo, y, no podemos olvidar que todos somos de Cristo, de Jesús, que somos parte de su Cuerpo

No  podemos andar con “yo soy evangélico”, “yo soy ortodoxo”,  “yo soy luterano”, “yo soy católico” etc.

E incluso dentro de los cristianos católicos

“yo soy del Opus,  yo soy de Comunión y liberación, Yo cursillista,  yo de a pie…, o Yo soy de tal cofradía, o de ninguna, Yo de Francisco, yo de Juan Pablo II…”

No todos, somos sólo de Cristo, lo demás como dice Pablo, perdón como dice el Espíritu Santo, fueron, o son medios.



sábado, 23 de junio de 2018

Esta Jesús dividido


¿Esta Jesús dividido?
No, si estuviese dividido no estaría vivo, puesto que un cuerpo no puede estar vivo, si esta desmembrado. Por lo tanto, Jesús no está dividido
Pues bien los cristianos somos desde nuestro bautismo miembros de Cristo, por ello si de verdad somos sus miembros no estamos divididos
Puede que no en todos la Unión sea igual, puede haber “luxaciones”, no llegar riego abundante, fallar las conexiones nerviosas”, pero los miembros del cuerpo siguen dependiendo de la cabeza, aquí también todos los que nos llamamos, y, somos cristianos estamos unidos a Jesús, a lo mejor por culpa siempre de los miembros, no llega bien la circulación, los dones y la gracia del Espíritu Santo, o, el pecado produce embolias, o esos “nervios”, que son “La comunión de los Santos”, impide que ese miembro funciones a la perfección
Pero no es un miembro amputado, y, los demás han de ayudarle, como en el cuerpo humano, la mano que no es rodilla toca la herida de la rodilla
Y, no podemos hacer mayor la herida, ni la luxación
Porque el Cuerpo de Jesús no está dividido, y, ese Cuerpo somos nosotros.




miércoles, 20 de junio de 2018

Qué ofreceré a Dios Miqueas, VI, 6-8

Qué ofreceré a Dios
Miqueas,  VI, 6, 8

“¿Con qué me presentare yo, a Yhv, me inclinaré ante el Dios de lo alto¿. ¿Me presentare con holocaustos, con becerros añales?

¿Aceptará Yhv miles de carneros, miradas de aceite? Daré mi primogénito por mi delito, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?

Se te ha declarado hombre lo que es bueno, lo que Yhv de ti reclama; tan solo practicar la equidad, amar la piedad, y caminar humildemente con tu Dios” Mq. 6, 6-8

En una primera lectura podríamos pensar que el texto es para las gentes del Viejo Testamento, y, que mucho menos tenga nada que ver con nuestra búsqueda de La Unidad

Pero si lo volvemos a leer, a mi como católica me está diciendo que Dios no quiere que me invente sacrificios

Lo que quiere es que crea en Él, que confíe en Él, que sea justa, ame la piedad, no la beatería, y camine humilde en su presencia, es decir reconociendo que ante Dios no soy nada

¿Y, esto tiene algo que ver con La búsqueda de La Unidad?, pues si, porque la equidad es ver al otro cristiano como un hermano, reconocer lo bueno, que Dios le ha dado, y, dar gracias a Dios por ello, es saber ver lo que tal vez no esté también en nuestra Iglesia, Comunidad etc. y, deba ser cambiado tanto a nivel  global, como individual

Que a lo mejor, Dios prefiere cristianos de todas las Iglesias y, Comunidades orando juntos que tantas procesiones en Semana Santa, sobre todo, cuando lo mueve más el afán turístico que otra cosa.





lunes, 18 de junio de 2018

Qué me exige Dios

Qué me exige Dios

Yo no puedo como cristiana católica decir que la búsqueda de la Unidad no va conmigo, como si fuese la devoción a San Antonio, yo no tengo  porque tener devoción a  San Antonio

Pero sí tengo el deber según mis posibilidades, mis conocimientos y los medios que Dios me da, dentro de mi Iglesia de trabajar, orar., buscar, estudiar, sobre todo orar por La Unidad de todos los cristianos en La Iglesia que Jesús fundo

Y, esto, porque Jesús, oró al Padre, por La Unidad de todos los que creyésemos en Él, afín de que el mundo creyese en Él, y, se salvase.

Porque Jesús murió para unirnos a todos en su Cuerpo que es La Iglesia

Cada etapa de la historia eclesiástica habrá tenido sus caminos de búsqueda de La Unidad

Pero si no me duele ver el Cuerpo místico de Jesús roto, es que simplemente de católica no tengo nada, Y, como cristiana lo soy a lo Judas.

Estoy hablando de mi, cada cual con su conciencia

Pero mal católico es, quien es contrario al ecumenismo que es obligación para todos, otra cosa es el modo

Que seamos Uno,  Como La Trinidad es un solo Dios, para que el mundo crea


jueves, 14 de junio de 2018

Un misterio revelado

Un misterio revelado 

1 Corintios
  15, 51-58

“Mirad os revelo un misterio. No moriremos todos, más todos seremos transformados”

Ahora sabemos que sí, vamos a morir todos, aunque es posible el Apóstol se refiriese a que no todos iban a sufrir martirio, pero trayéndole a la lectura ecuménica, visto desde la existencia de tantas Iglesias, Comunidades etc.

Lo entiendo así, no van a desaparecer todas las Iglesias, Comunidades, sectas cristianas, pero todos seremos transformados, por El Espíritu

“En un instante al toque de la trompeta, los muertos resucitaran incorruptibles, y nosotros seremos transformados”

Siguiendo en la misma clave, En el momento que Dios decida, caerá lo que nos separa, también de los que somos católicos romanos, todo lo que se nos ha ido pegando, y, que no viene de Dios

“Y, cuando este ser corruptible, se revista de incorruptibilidad, y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que estaba escrita, la muerte ha sido absorbida por La Victoria”

El ser corruptible, la parte humana de las Iglesias, por eso decía nuestro Papa Francisco, que La Unión tendrá lugar al otro día de La Parusía

“Nuestra victoria la tiene el Señor, por eso nuestro trabajo no es en vano”




jueves, 7 de junio de 2018

Cristo y las religiones

CRISTO Y LAS RELIGIONES, SEGÚN EL CARDENAL P. POUPARD

Entrevista de Veritas [15 marzo 2006] al nuevo presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, cardenal Paul Poupard.

Colaborador de cuatro Papas, comenzó en su juventud prestando sus servicios a Juan XXIII desde la Secretaría de Estado. Responsable de la sección francesa de Secretaría de Estado con Pablo VI, fue uno de los cardenales creados por Juan Pablo II, quien primero le nombró presidente del Secretariado para los No-creyentes y después del recién nacido Consejo Pontificio para la Cultura en 1982.

El Santo Padre acaba de hacer público (sábado 11 de marzo de 2006) su nombramiento como Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. El nombramiento responde, según la nota de la Sala de Prensa, al deseo «de favorecer un dialogo más intenso entre los hombres de cultura y los miembros destacados de las diferentes religiones». Eminencia, ¿nos podría explicar la relación entre el diálogo interreligioso y el diálogo intercultural?

Cardenal Paul Poupard: «El diálogo interreligioso e intercultural es una necesidad vital para el mundo de hoy». Lo dijo el Papa en Colonia, recibiendo a los representantes de la comunidad musulmana, en el marco de la JMJ. Para quien conozca en profundidad el pensamiento de Benedicto XVI esta elección es lógica.
En realidad, cuando se habla de diálogo interreligioso, se piensa muchas veces en una reflexión de tipo doctrinal acerca de temas religiosos comunes, como la idea de Dios, el pecado, la salvación, etc. Sin embargo, este diálogo doctrinal exige que haya alguna base común, y esto no siempre se da con las otras religiones. Para un budista, por ejemplo, Dios no es persona; para otros, la salvación, consiste en la disolución del yo, mientras que para un cristiano es siempre la salvación de su propia persona. Así es muy difícil el diálogo. Este diálogo doctrinal tiene sentido entre cristianos de diversas confesiones, con quienes compartimos la fe en Jesucristo.

En cambio, con los creyentes de otras religiones siempre es posible el diálogo sobre la base de la cultura. Esta es la intuición que está en la base del Consejo Pontificio de la Cultura: que la cultura es un terreno común en el que pueden dialogar creyentes y no creyentes, o creyentes de diferentes religiones. El tema común que nos une, decía Juan Pablo II en la UNESCO, es el hombre, y acerca de él sí que podemos dialogar.  

El Papa Benedicto, por tanto, quiere llevar el diálogo con los creyentes de otras religiones al terreno de la cultura y de las relaciones entre culturas. La cultura del Pueblo de Dios, que supera los límites nacionales, lingüísticos, regionales, etc., entra en diálogo con otras culturas, impregnadas vitalmente por otras religiones. En este diálogo se produce un enriquecimiento mutuo, y el Evangelio, encarnado en una cultura concreta, puede sanar, y fecundar y nuevas expresiones culturales.
A tenor de lo explicado anteriormente, ¿Cuáles son las respuestas que puede dar el cristianismo sobre este tema?  


Jesucristo es la respuesta a los grandes interrogantes del hombre, la respuesta definitiva. El Concilio lo dice con palabras muy hermosas: «En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado», («Gaudium et spes», 22).

Ahora bien, este mensaje no cae directamente del cielo: llega a través de hombres y mujeres muy concretos, con una historia concreta y una cultura concreta, que entran en comunicación con creyentes de otras religiones. En la manera de vivir el cristianismo hay elementos esenciales y elementos accesorios. Los primeros son inmutables, mientras que los segundos son contingentes.  


Entre estos elementos esenciales, que han encontrado su expresión filosófica y teológica, está el concepto de persona, a imagen de la Trinidad, la noción de comunión, de sujeto, el principio de libertad y responsabilidad, la pervivencia del yo después de la muerte, la solidaridad entre los hombres, la común dignidad, etc. Estos son valores que se pueden, que se deben compartir con creyentes de otras religiones en la medida en que se pueda. De los creyentes de otras religiones, también podemos recibir mucho. No en cuanto a los contenidos de la fe, naturalmente, pues en Jesucristo se halla la plenitud de la revelación, sino en cuanto al modo de vivirla.


El volumen que escribió en 1993: «Diccionario para las Religiones» constituye un texto de obligado estudio en Historia de las Religiones, ¿Cree que puede serle de ayuda para su nuevo cargo?

¡Ya lo creo! Dirigir la elaboración de este diccionario fue una gran aventura intelectual y una empresa editorial. Como coordinador, tuve que leer todos los artículos que me iban enviando los autores de las distintas voces, entre los que estaban los mejores especialistas. Todo ello me proporcionó una panorámica general sobre las religiones en el mundo y además, una comprensión más profunda del hecho religioso en el hombre. Algo de eso he dejado escrito en otro librito, «Les religions», publicado en la famosa colección «Que sais-je?», traducido a más de diez lenguas, entre las cuales, el ruso, el turco, el vietnamita y últimamente el chino, publicado por una editorial de Pekín.


En el corazón de cada cultura se halla el acercamiento al misterio de Dios y del hombre. No hay cultura que no sea esencialmente religiosa. La única excepción a esta regla universal parece ser la cultura occidental actual, como señala con frecuencia el Papa Benedicto y, ya antes, el Cardenal Ratzinger.

Usted vivió en 1983 un proceso similar al actual cuando el entonces Papa Juan Pablo II fusionó el Pontificio Consejo para la Cultura y el Secretariado para los No-Creyentes, ¿cual es la diferencia en esta ocasión?

Cardenal Paul Poupard: Efectivamente, hay semejanzas, pero también diferencias. Como usted sabe, fue Juan Pablo II quien me llamó a presidir el Secretariado para los no Creyentes en junio de 1980, con la intención de estudiar la creación del Consejo Pontificio de la Cultura, que tuvo lugar en 1982, y del cual me nombró también Presidente. Desde 1982 hasta 1993, fui Presidente de los dos dicasterios, que conservaban, sin embargo, su respectiva autonomía, tal y como sucede ahora.
En 1993, tras la caída del muro de Berlín y la desaparición en Europa de los regímenes comunistas, no pareció que tuviera sentido mantener el Secretariado para los no Creyentes, – que mientras tanto se había transformado en el Consejo Pontificio para el Diálogo con los no Creyentes – y así, el 25 de marzo de 1993, el Papa decidió fundir en uno sólo los dos dicasterios, manteniendo las competencias de ambos.


¿Cree usted que con este paso el Papa pretende dejar en uno solo dos dicasterios del Vaticano?

Eso no lo sabemos. Lo importante, en cualquier caso, no son las estructuras, sino el espíritu que las anima. Las estructuras de la Curia Romana son sólo medios para ayudar al Papa a desempeñar su misión como Pastor Universal. Lo que está claro es que tendrá que haber una mayor colaboración entre los dos Dicasterios que el Papa me ha pedido presidir «por ahora».
Tenemos reciente el aniversario de los atentados en Madrid del 11-M. España es una nación con raíces católicas que alberga casi un millón de musulmanes. Hoy se habla más que nunca de diálogo y talante. Sabiendo que la Iglesia tiene como misión la evangelización y el diálogo es sólo un medio ¿cómo ve usted la situación española respecto al dialogo interreligioso y cultural? Y, ¿cómo deben responder los católicos?  

Con respecto al diálogo hay muchos equívocos. En primer lugar, el diálogo verdadero se establece entre religiosos, no entre religiones. Los creyentes sinceros de toda religión, no tienen dificultad para comprenderse, pues se encuentran en esa dimensión religiosa fundamental que es común a la humanidad.  


Los problemas suelen venir cuando entran en contacto dos comunidades o grupos religiosos, que se manifiestan precisamente en el terreno de la cultura. Esto es lo que provoca dificultades para la convivencia, que hay que resolver con mucha delicadeza. En el reciente caso de las viñetas sobre el Profeta, ha habido claramente una ofensa religiosa, que los musulmanes han percibido como una blasfemia. Pero después, la violencia que se ha desencadenado en muchos países musulmanes, no ha sido una reacción religiosa, sino cultural, descaradamente manipulada por oscuros intereses.

En segundo lugar, mucho piensan que el diálogo sea un sustituto de la misión. Y no es así. Jesucristo no dijo «Id y dialogad», sino «Id y anunciad el Evangelio a toda criatura». Ese mandato sigue urgiendo a todos los cristianos. El diálogo es sólo el medio con el que se anuncia el Evangelio, un medio más adaptado a nuestro tiempo, que privilegia el respeto a la persona y a las convicciones personales.
Cuando se habla de diálogo con los creyentes de otras religiones, hablamos de una actitud interior que me lleva a tomar seriamente la persona con la que hablo y su situación, y a respetar el ritmo de la verdad, que no se impone sino por sí misma y no admite presiones externas. Pero eso no puede significar un cambalache de doctrinas, o bien, un falso respeto que se acaba traduciendo necesariamente en indiferencia respecto a la verdad, y por tanto, en relativismo.


Por eso el problema principal, problema hoy, para los españoles y en general para Europa, es el de la Verdad. Los españoles, como sus vecinos europeos, parecen haberse cansado de la verdad, como si les pareciera imposible de alcanzar. Y, consecuentemente, desconfían de las identidades claras y fuertes, abandonándose a un vagabundeo existencial y metafísico. El mundo musulmán, en cambio, colectivamente, no tiene problemas de identidad alguna.

En estas condiciones, no puede haber un verdadero diálogo: por un lado, una sociedad que renuncia a su propia identidad nacional e histórica; y por otro lado, una inmigración musulmana que crece, entre la que se infiltran elementos fundamentalistas que rechazan todo aquello que no sea el Islam. Pero esto no es diálogo, sino un suicidio cultural. Como decía Romano Guardini en el trágico período de la Alemania de entre guerras, la tarea más urgente es educar a la verdad y esa me sigue pareciendo una prioridad hoy día.


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martes, 5 de junio de 2018

En Jesús por su Victoria






En Jesús por su victoria todos seremos transformados.  1 Cor 15

Todos seremos transformados

Transformados en qué

En criaturas nuevas, en hombres y mujeres perfectos hechos a Imagen y semejanza de la Trinidad, sin el pegote del pecado que nos hemos puesto

Transformados en hijos de Dios de verdad, no adoptivos, no, hijos en el Hijo del que formaremos parte ya para siempre, de un modo que se nos escapa

Y, los que no quieran

Pues también serán transformados en reos de su Victoria eterna, en seres que por propia voluntad eligen vivir de espaldas a La Luz

Porque de grado o por fuerza ante Jesús se doblará toda rodilla.