Unidad cristiana
1º La Unidad en los tiempos
apostólicos, pre pascuales
Tal vez una visión demasiado
romántica de los evangelios; nos harían ver, que esos 12 primeros “cristianos”,
y, unas pocas “cristianas”, lo he
entrecomillado, porque evidentemente, no
eran cristianos, no lo eran, en el sentido legalista, que entendemos nosotros,
si lo eran, en el sentido, etimológico de la palabra, seguían a Cristo, aunque
no supiesen muy bien, por qué, ni quien era, en realidad, pero y, nosotros hasta donde,
podemos dar respuesta.
Bien decíamos que pudiera
parecer, que en ese grupo, de unos pocos cientos de personas,
no eran sólo los 12, todo era Unidad, pero no es así, entre ellos ya anidaba “el virus”; de la discordia, y, la desunión,
por supuesto, con los que no eran de su
grupo, aquellas buenas personas,
pensaban que Jesús, era de su propiedad, cuando es a la inversa, vamos eran como la mayoría de los
cristianos de ahora, ya seamos católicos, adventistas, luteranos, episcopalianos, etc. Cuando los samaritanos no quieren recibir a
Jesús, la idea, es pedir que sean
fritos, desde el Cielo; y, en otra ocasión; Juan, dirá muy ufano, que ha regañado, a uno, que hacía
el bien en nombre de Jesús, sin ser del grupo;
Pero quien piense, que al menos,
dentro del grupo, si había Unidad, esta errado, más de una vez, Jesús, los tuvo que reprender, por discutir,
quién iba ser el más importante, y, luego los 2 hermanitos, pidiendo los primeros
puestos en un Reino, que entendían, como podían. En la última Cena, coloca el Evangelio de Juan, la primera
oración ecuménica, hecha por el mismo Cristo
Era normal, que hubiese disensiones, y, era normal porque
estaban bajo, el pecado, nosotros
también, y, el Espíritu del Mal, es
diábolo, divisorio, pero pese a todo, como tenían a Jesús con ellos, dejando a un lado, sus niñerías, estaban unidos, será al morir
Jesús, cuando saldrán de espantada
De aquí sacamos una conclusión;
dado que somos humanos, la Unidad, perfecta, en esta tierra nunca la vamos a tener, La Unidad en la Fe, y, el Amor, sólo estando
unidos a Jesús
2) La
Unidad en los tiempos apostólicos
Entendemos por éstos, desde
Pentecostés, hasta el siglo II de nuestra era; también entonces, como se puede
constatar fácilmente, por la lectura del NT,
no faltaban las disputas, y, disensiones entre los primeros miembros de
La Iglesia, o, de las Iglesias
Así por ejemplo; en Hechos,
6, se nos da cuenta de una pequeña,
queja motivada, por el mundo, de atender a las viudas de los procedentes del
helenismo, o, sea de origen griego, y,
de las viudas de los hebreos, lo que llevo a la ordenación de los primeros,
“diáconos”; es decir; “diaconey, servidores”
Se podría aducir, que aquí, no
había disputa, de tipo; “teológico”; y, es cierto. Sin embargo en, Hechos,
10ss, se nos muestra una crítica a Pedro, por haber entrado en casa de
incircuncisos, del Centurión Cornelio
La entrada de “nuestros abuelos”;
los cristianos procedentes del paganismo, los gentiles, en la Iglesia de
Jerusalén, no estuvo, exenta, de disputas, de rechazos, y, una vez dentro,
tampoco la aceptación, fue unánime, unos querían que observasen las leyes de la
Antigua Alianza, circuncisión de varones al 8º día, carnes impuras, etc., lo que motivo, el llamado Concilio de Jerusalén.
Y, si alguien piensa, que todos
aplaudieron el Concilio; pues no, los
llamados judaizantes, seguían
dando la murga, Pablo, se tuvo que
enfrentar muchas veces a ellos en sus cartas,
dejándoles clarito, o, intentándolo, que, la Ley, sólo había sido, la
niñera, para llevarlos, a Cristo, aunque siempre respeto, que, quien lo
quisiera siguiese practicando la vieja Ley, pero sin imponer, pues el cristiano
es libre
En, la carta a los
filipenses; filipenses 2ss, el Apóstol de los gentiles, hace una
llamada a la Unidad
Con todas, estas
divergencias, peleitas de hermanos, la
Unidad no se había roto, pero no
tardaría mucho
En la primera carta del Apóstol
Juan; ya hace una mención, a los que habían roto, la Unidad, los que negaban la
Encarnación del Verbo, 1 Jn 2, 18ss,
posiblemente, docetas, gnósticos, y, maniqueos, pero que surgen, dentro de la
propia Comunidad joánica, y, puede que de alguna otra; el autor de la epístola
deja claro, que se van, porque no eran de la comunidad, y, en la segunda epístola, 2 Jn, 10ss. Prohibirá todo contacto con ellos
A todo esto, los cristianos
sufren la persecución de Nerón, primera
que puede ser considerada como tal
Todavía no se han formulado
dogmas, ni, se asentado el Credo, pero ya se ha visto, que no es fácil, La Unidad, no lo es desde el punto de
vista humano, pero gracias a Dios, los
dos primero siglos no fueron siglos de ruptura
La Unidad en la época del
imperio romano
En los 3 primeros siglos, aparecen los gnósticos, y,
docetas, pero podemos decir que en cierto modo, las persecuciones mantienen a
los cristianos unidos
San Ignacio de Antioquia en el
siglo II, en su carta a los
esmirniotas, hace llamada a la Unidad, y, la Fidelidad
San Irineo de Lyon
Condena a Dion, por diferenciar 1 dios en el AT, y, otro en el Nuevo, en su
tratado sobre los herejes, condena a Marción, que quería borrar el AT; insiste
en que sólo hay 1 Dios, el del AT, es el
del NT.
En el 190, escribe a su amigo
Florino que había entrado en un grupo disidente
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tiene lugar el Concilio de Nicea, contra Nestorio
Sin embargo, todos a su modo,
confesaban la Fe en
Jesús como Mesías a su manera
Mani, siglo III,
insiste en un dualismo del bien,
y, del mal
Constantino, pone como capital
del imperio de Oriente, a Bizancio, a la
que llama; Constantinopla, la ciudad de Constantino, esto tiene lugar el 11 de mayo del 330
Deja de interesarse por Occidente
Constantinopla, pretende ser la Segunda Roma, y, reúne en
torno a ella, a los cristianos de habla helena, es el germen de la futura
división de la Iglesia
La Unidad tras la caída del imperio
Tras la caída definitiva del
Imperio romano de Occidente. Se
producen divisiones cuyas heridas son
restañadas, hasta el siglo X; en que se produce la ruptura entre el Oriente cristiano,
y, el Occidente cristiano, con Miguel Celulario, y, Focio, es el
nacimiento de las Iglesias Ortodoxas.
El punto de conflicto, será amen
de motivos políticos, el Fillioque, la
procedencia del Espíritu Santo, del Padre, y, del Hijo; o, del Padre, a través
del Hijo
La segunda gran ruptura, tendrá
lugar en los siglos XV, y XVI, con el
nacimiento de las Iglesias luteranas, reformadas, y, más tarde la anglicana, de
ellas, a su vez procederían otras Iglesias, o, Comunidades
Los motivos de la división, el
pecado de todos, el mal ejemplo dado,
por las autoridades de la Iglesia,
motivos políticos pues la unión
entre Iglesia, y, reyes era muy fuerte
El caso fue, que la Esposa de
Cristo quedo herida rota, durante siglos, los que fuimos bañados en el mismo bautismo, nos
veríamos según el lado que nos tocase, como, papistas, come santos, idolatras,
o, herejes, cismáticos, violadores de monjas; nada de esto era voluntad de Dios
El falso concepto de Unidad
Durante mucho tiempo, pues el deseo de Una sola Iglesia, existió siempre, tuvimos un concepto errado, de lo que
significaba; y, ni que decir tiene, que
todavía hay quienes lo siguen teniendo
La Unidad que buscamos, mejor
dicho, por la que oramos, no es;
hablamos desde el punto de vista católico, que todos los no católicos, se hagan
católicos; no se trata de un regreso, por otra parte imposible, porque la
Iglesia, no se ha quedado quieta, la Barca de Pedro, ha navegado, y, navega por
el proceloso mar de la historia, los
católicos, no estamos, en la Iglesia del siglo XV ni del X; ni del XVII
No es tampoco, que todos
seamos como clones, de serie, todos
igualitos, nuestra Unidad se basa en la diversidad, como, La Trinidad, en la que todos creemos; 3 Personas distintas, pero 1 sola
naturaleza, buscamos la Unidad en lo
esencial, y, en el Amor, que ya nos profesamos, aunque aún tengamos mucho
que hilar
No buscamos, ni deberíamos una
unidad, en la que el otro, tenga que renunciar a gestos, que aunque no, nos
digan nada, si son para él, expresión de su Fe;
a la larga todos nos enriqueceremos
Buscamos la Unidad de todos, en
la Única Iglesia de Cristo, cuando Él quiera, y, como quiera
Como católicos, creemos que esta Iglesia, subsiste, en la Iglesia Católica romana, porque
pensamos, y, creemos con todo respeto por los hermanos que no creen
igual; que es en ella, en esta Iglesia,
Santa, y, Pecadora, culpable
también, y, no en menor grado del pecado
de la división, creemos que en Ella, se
dan , la mayoría de los medios de salvación,
dispuestos por el Señor, que
también están en las otras
Iglesias, y, Comunidades, que brotaron de Ella, directa, o, indirectamente
La Unidad como arma política
La Unidad, que buscamos, no es una; unidad política, no
es como la que buscaron los Reyes
católicos para España; sin embargo, esta
Unidad eclesial; fue buscada, por ese
motivo, por dirigentes políticos, a lo largo de la historia, si todo el mundo tenía la misma fe, se
evitarían guerras, y, todo el mundo les
obedecería; si el rey de España era católico, un buen español, era el que era
católico, si la reina de Inglaterra era
anglicana, y, cabeza de esa Iglesia, el buen
inglés, era el anglicano, y, etc.
Etc. Por lo tanto, los súbditos que no
tuviesen esa fe, habían de ser “convertidos”; e, incluso eliminados, si ya no
con le perdida de la vida, si con el ostracismo, la merma de los derechos, no
fuese a suceder; que en una guerra, se
pusieran del lado, de sus hermanos de religión,
aunque fueran enemigos de su patria
Esto era, y, es un craso error, la libertad religiosa, es un derecho humano,
y, los derechos humanos, vienen de Dios, no de la ONU, no busquemos pues la Unidad política
Este fue el error de los Reyes
católicos, incluso políticamente,
echaron fuera, a judíos, e, islámicos, e
hicieron falsas conversiones, de pobres
que no querían perder la vida; pensando erróneamente, que así, todos los
españoles, serían uno
Pero no fue sólo error suyo; cuando Lutero
clavo sus 95 tesis, el emperador Carlos V, Carlos I, de España, intervino, y,
no lo hizo, como cristiano dolido, si no, porque para él, planteaba un problema
político, como no es cosa, de ponernos a contar historias, sabemos que se termino con un acuerdo, los
príncipes, es decir los Jefes de Estado, tenían derecho, a escoger la Iglesia
que quieran; pero los súditos tenían que tener la religión del príncipe, este
principio, se aplico durante siglos al
pie de la letra, y, por ello, los países de la Reforma, si son monarquías, son confesionales, Dinamarca, Suecia, en los
países católicos ya no, es obligatoria la confesionalidad
Pero no hace muchos siglos, si
uno decía que era español, estaba diciendo que era católico; o, era ya sospechoso, Ya que se pensaba, que
lo mejor era, que siendo todos del mismo país, se pensará igual, y, si ya era
craso error, en el terreno político, en el
religioso mucho más
La Unidad cristiana,
como Dios quiere
La Unidad, que El Señor quiere,
es la misma, que tiene, La Santísima Trinidad; Unidad en lo esencial, en el
Amor, en lo primordial; nuestro Dios es
Uno, pero al mismo tiempo es Trino; son
3 Personas distintas; pero con una sola voluntad una sola naturaleza,
así nosotros, hemos de ser una sola Iglesia, la de Cristo, pero no un grupo clónico, como decía Agustín
de Hipona; “ En lo esencial Unidad, el
la diversidad respeto, y, por encima el Amor”
Y, todo esto, no podemos lograrlo
solos; precisamos la oración, la ayuda de lo Alto; amén de conocernos, pues no
se ama; lo que no se conoce; puede parecer que no hemos hecho nada, pero si
echamos al vista atrás; podemos estar
seguros; que el Espíritu del Señor Resucitado,
esta actuando en nuestras Iglesias; y, Comunidades
Trabajo realizado por:
Miembros del grupo de animación
ecuménica de La Coruña, diócesis de Santiago de Compostela