viernes, 16 de septiembre de 2016

renovación de la Iglesia


La Renovación de La Iglesia. Camino hacia, la Plena Unidad

Este año,(2013) en el  grupo de ecumenismo de La Coruña;  hemos elegido, el tema de “La Renovación en la Iglesia;  renovación que no es un simple renovarse, si no un adentrarse en el Camino, hacia la Plena Unidad; cuando todos seamos Uno, en  Jesús el Cristo.
Sabemos, bien, que esa Unidad,  sólo será posible, cuando tenga lugar la Parusía, es decir la Segunda Venida, de Jesús
Hemos dividido nuestro “trabajo”, en estos  apartados
1º  ¿Qué entendemos por renovación; de la Iglesia?

Que la Iglesia, tiene que volver a llenarse;  del Espíritu Santo; como en  un nuevo Pentecostés; no para hablar al mundo, al que no le interesa lo que diga la Iglesia, salvo que  diga lo que él quiere, si no para hablar a los hombres que viven en  el mundo, que son hijos de Dios; y, están llamados a ser hijos de La Iglesia; es preciso un nuevo Pentecostés,  tal vez nos vendría  bien;  releer despacio, el Libro de los Hechos
Renovación que hemos de hacer todos, y, cada uno, de los que formamos la Iglesia,  guiados por el Espíritu Santo; empezando cada uno, por si mismo;  comenzando por la oración.
Cada persona del grupo, o, cada grupo tendrá sus  métodos, y, sus medios, desde el uso, de las nuevas tecnologías, ¿Qué tal una cuenta en  Facebook, para informar de los acontecimientos ecuménicos que tengan lugar; y, para contactar con otros hermanos?
Esto tiene un objetivo
El movimiento ecuménico,  no es un grupo de personas, que se reúnen cada  cierto tiempo, o, qué andan a la “caza” de  algún nuevo miembro,  muy al contrario, somos Iglesia;  una pequeña porción de Iglesia,  pero Iglesia; Esa Iglesia fundada por Jesús, y, que nosotros,  todos, y, cada uno, hemos   herido, hemos roto;  nos tiene que doler  la desunión,  que no podamos compartir la Mesa Eucarística,  con nuestros hermanos,  por eso tenemos que vivir el ecumenismo, no como una carga; como un carisma, viviendo el “ ut unum sint”, día a día.

Recordando que nuestro modelo de Unidad, es  La Santísima Trinidad; Las  Tres Personas,  Son Una en esencia, por  necesidad,  sólo hay 1 Dios, pero son  3 en Persona,  no es lo mismo el Padre, que Jesús,  tampoco nosotros  empezando desde esta pequeña porción de Iglesia, que es el grupo de ecumenismo,  tenemos que ser distintas, lo somos cada uno, tiene una formación espiritual, una forma de relacionarse con Dios, hasta de vivir el ecumenismo, y, eso es bueno, y, no debemos jamás unos imponernos a los otros, pero al mismo tiempo, en el respeto a esa diversidad, hay algo que hemos  de tener todas es el compromiso de orar  al Padre, para que adelante la hora de la Unión,  amar a  los hermanos que no  piensan en todo como nosotros, que no viven la Fe en  el Resucitado del mismo modo, pero que creen en Él, que lo aman, y, que en Iran  e Irak; muchos  lo están testimoniando con su sangre, procurar conocerlos, para amarlos, no se ama lo que no se conoce, no se trata por tanto del estudio frío
Tienen que dolernos sus problemas como Comunidades  e Iglesias, y, para ello, precisamos conocerlos,  lo que indica no sólo conocer lo que creen, y, piensan si no también lo que están pasando ahora, un conocimiento  realista, no ver como bueno, todo lo que hagan cuando no lo sea
Vivir un ecumenismo alegre, hemos dado demasiada visión del viernes santo, cuando dura más la Pascua, de hecho, desde el año 33 aún no  ha concluido, ni concluirá.
Ante los hermanos no católicos que nos rechazan,   pensar un poco, en los motivos que puedan tener;  y, si uno se siente culpable pedir perdón, sino   estar dispuesto al perdón, orar por ellos, y, tratar de que no se vuelvan a dar los motivos que aún  les hieren
Hemos de evitar también  las burlas a otras Iglesias, y, Comunidades, bueno,  las burlas a ninguna religión, pero tampoco consentir chanzas con los nuestro
2º   Relación entre renovación  y, Unidad

No, estaría de más, que no olvidásemos el significado de la palabra; “ renovar”; hacer  que algo, este  como en el momento, en que fue construido; no se trata pues, de hacer otra Iglesia; si no  la que fundo Jesús de Nazaret, y, a la que nosotros  todos los cristianos;  la hemos afeado, con nuestros torpes “ aderezos”;  viendo a la Iglesia como una barca, “ La barca de Pedro”; podríamos decir que  en el  navegar por el proceloso mar de la historia; se le han pegado, muchas rémoras; y, nuestro deber  es dejarla;  limpia,  renovada;  sabiendo bien, que mientras  la UNIDAD; entre todos los que confesamos que Jesús; es el Cristo; no será total; y, hemos de buscarla.
Y, esto por varias razones.
La primera, y, más importante, porque forma parte del Testamento de Jesús; Jesús, oro al Padre, porque fuésemos Uno, como Ellos, son  Uno.
La segunda,  porque todos, sin excepción, creemos y confesamos, de acuerdo a Las Sagradas Escrituras; y, a la fórmula de fe, del Concilio ecuménico del 381, Nicenoconstantinopolitano;  En el Dios Uno, y, Trino, Padre, Hijo, y, Espíritu Santo; y, a la Iglesia como Una, Santa, Católica, y, Apostólica.
Sin embargo, ante el mundo, nos presentamos divididos,  y, nuestro deber es el de mostrarnos unidos, el hacer presente ante el mundo, la  UNIDAD; que es, y, será siempre, Don, de Dios.
Pero la  UNIDAD; no se regala, hemos de buscarla entre todos, orando sí, puesto que como ya queda dicho, es  Don de Dios, pero no basta,  nos hemos ofendido, insultado, y, debemos pedir perdón, y, perdonar,  la reconciliación no es un hecho baladí, sin ella  la renovación, no sería más que una pantomima
Hemos también de conocernos los unos a los otros, y, eso,  no basta con el estudio, aunque sí, es necesario, si no con el diálogo  fraterno; con la oración en común
Necesitamos también  formar y, examinar nuestra Fe, ver  que cosas hemos añadido, por nuestra cuenta;  es decir hacer un  serio examen de conciencia eclesial; todas las Iglesias, y,  Comunidades; y, ver que  rémoras  hemos puesto, que  dificultan e impiden la Unidad, porque no lo olvidemos, los deseos de Jesús, están antes de nuestros caprichitos, por muy santos que nos parezcan, y; Jesús nos quiere “Uno”.
Lógicamente, a lo largo de los siglos,  hay cosas  que  marcan nuestra diferencia, pero no rompen  nuestra Unidad, y, eso es bueno, ya que Dios no, nos quiere clones, si no  diversos, pero unidos en lo esencial, también esto, forma parte de la renovación;  el aceptar que el hermano, que cree lo mismo que nosotros,  lo exprese por ejemplo litúrgicamente de otra manera, sacarnos de la cabecita, el “yo soy la verdad”; y, sólo lo mío vale; porque “Yo Soy la Verdad”; Jesús lo tiene patentado,  nosotros sólo, somos en cuanto, estamos unidos a Él; y, nos unimos en el bautismo, el mismo para todos; la renovación, nos debe llevar también a la Unidad en la diversidad; y, todo no para ser un día noticia en los telediarios, si no para Gloria de Dios, Uno, y, Trino, porque por  encima de todo, nuestra UNIDAD; para no ser simplemente una ; unidad,  debe ser de cada, uno, y, de todos con Dios; porque, esta es nuestra vocación, y, la de todos los hombres, aunque no lo sepan; como dice  la GS, en su punto 19; “ La razón más alta de la dignidad humana, consiste en la vocación del hombre, a la unión con Dios”
3º  Fundamento bíblico

Todo lo que hemos expuesto  hasta ahora,  no es una mera elucubración, sino que muy al contrario, está firmemente asentado, en las Sagradas Escrituras.

Tanto en el AT; como en el NT, como  haríamos esto muy largo; hemos elegido, sólo  2  textos del  AT; uno irá al final como oración; y, 3 del NT.  Ni que decir tiene que podrían ser muchos más

Empezamos con el AT:  Miqueas  2, 12

“Voy a reunir a  Jacob, todo entero
Voy a recoger el resto de Israel
Los agruparé como ovejas en el aprisco
Como rebaño en medio del pastizal
Él que abre caminos, subirá delante de ellos
Les abrirá  pasarán la puerta, por ella saldrán
Su Rey, pasará delante de ellos
Yahvé a la cabeza”


Jacob como todos sabemos es Israel, y, para nosotros los cristianos, en Jesús, hijo del pueblo de Israel nos unimos al pueblo de la promesa, por eso, aunque Miqueas pensará en la reunión del pueblo de Israel, nosotros hemos de verlo, como la promesa de que Dios  unirá a todos los cristianos,  es más a todos los hombres en la Única Iglesia de su Hijo, ya Jesús en Juan, nos dice, que tiene otras ovejas, que las juntará a todas  en el mismo rebaño; Él es la Puerta, por la que todos los cristianos, y, los que no lo son accedemos al Padre,  por ella nos dice el profeta que saldrán,  Jesús no dice,  que saldrán, dejar la vida de pecado, y, entrarán,  vida de conversión  y.  Gracia

El Rey es Jesús, y, ya  va delante  esta ante el Padre, pidiéndole que una a sus hermanos, para que seamos Uno, como Ellos  Tres son Uno, y, el mundo crea

Yahvé a la Cabeza, y, Yahvé es también Jesús,  “Jesús es “Yo soy,  Él que es”; así nos lo ha dicho Él, “no temáis Yo soy”; y, también, “para que cuando suceda creías que “Yo soy”

Jesús, el Padre, el Espíritu Santo, son el Dios  que es; pero  también el Dios que esta, que está a nuestro lado,  fabricando la Unidad,  incluso cuando nosotros la tiramos por el suelo, sigamos adelante con Los  Tres, es Decir con Uno, el Dios de Israel, y, su enviado Jesucristo, así un día, podrá tener lugar la deseada unión en la fe, el amor, y, la esperanza, y, pronto podrá el Señor Jesús venir al corazón de todos los hombres, y,  esa será su Venida gloriosa.
Del Nuevo Testamento, tomamos en primer lugar a Juan  17
“Padre Santo, guarda en tu Nombre, a éstos que me has dado, para que sean uno, como Tú, Padre, y, yo somos Uno, que ellos sean en nosotros, y, el mundo, crea que Tú me has enviado; y, los has amado, como me amaste, a mi….. Pero no ruego, sólo por ellos, si no, por cuantos han de creer en mi, por su, palabra, que sean uno, Padre, como Tú en Mi, y, Yo, en Ti, para que el mundo crea”

Ahí, nos da Jesús también  la razón de la UNIDAD; que el mundo crea.
San Pablo el Apóstol de los gentiles,  nos dice, en la carta a los Efesios; 2,14

“Porque Cristo es nuestra paz: él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba”

Es verdad que el Apóstol, habla pensando, en los cristianos procedentes del judaísmo; y, los que ahora, por el bautismo, se convertían en adoradores del Dios de Abraham, dejando los ídolos; pero el Mensaje, no acaba ahí; cada Iglesia cristiana, cada Comunidad eclesial, se lo puede aplicar;  Jesús, es nuestra Paz, en Él ya estamos unidos, pues en el bautismo, fuimos incorporados a su Cuerpo; por eso; podemos decir juntos, “Padre Nuestro”; Él derriba el muro de enemistad, y, odio que nos separa;  tenemos que dejarle, y, no levantar más muros

El otro texto,  es también de Pablo,  1 Cor, 1, 3-4
“Cómo andáis por ahí, diciendo, yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo, de Cristo,  ¿Esta dividido Cristo, murió Pablo por vosotros?.... Ni, el que siembra es nada, ni el que riega, si no Dios que hace crecer…”

Es uno de los textos más actuales; y, no, sólo porque nos hemos empeñado, en decir, “Yo soy viejo católico,  yo católico romano, yo ortodoxo, yo  cristiano evangélico,  luterano etc.  Si no que dentro, de nuestra misma Iglesia;  en este caso la Católica romana, porque por voluntad de Dios, es lo que somos;  hemos hecho, y, hacemos bandería, “ Yo soy carismático,  Yo de Comunión y Liberación….. Yo, sólo soy de la Iglesia; y,  entre los que no son, o, no somos de nada;  también,  surgen banderías,
“la cofradía, la congregación, o, nada”
Y, eso que es bueno, porque la diversidad es buena, y, querida por Dios,  nos  hace  vernos como “ rivales”; y, él que no es de mi grupo, de mi movimiento, a fuerza ha de estar errado; nos olvidamos, que benditos movimientos, sí, nos llevan a amar más al otro, a estar más unidos a Jesús, a vivir su Palabra, pero  si nos convierten en islas, en islotes, malo, muy, malo,  como dice Pablo en otro lugar de esta Epístola, cada uno, tiene de Dios su propio don.
Lo que importa es ser de Jesús, si no somos suyos,  por más que se firmasen acuerdos de unidad, sería una mentira.
Jesús es Uno, y, Uno con su Padre, y, el Espíritu Santo; y, al bautizarnos, fuimos unidos a Él, por tanto, en Él ya estamos unidos, ahora, sólo nos falta, con su ayuda, sus méritos, y, la fuerza del Espíritu  Santo, restablecer la verdadera UNIDAD; o, mejor dejarle hacer.
4º  El Espíritu  Santo, en la renovación de la Unidad de la Iglesia

No, nos queda más remedio,  tenemos que ir al Libro de los Hechos de los Apóstoles; a nuestro nacimiento, primeros capítulos, que  no vamos a poner aquí,  si a recordar.
La Iglesia primigenia,  11 señores, Judas, se había suicidado, llenos de miedo, con más miedo que vergüenza;  encerrados en una casa, con un grupo de mujeres, y, otros creyentes, entre ellas, la Madre del joven Maestro crucificado. Con las puertas bien cerradas, miedo  a los  judíos, hermanos en la fe, miedo a los gentiles, a los prosélitos, miedo a todo, de pronto, llega, El Espíritu Santo, y, todo se transforma aquellos cobardes se hacen valientes, hasta dar la vida,  hablan  en el lenguaje, que los otros les  pueden entender;  el lenguaje del Amor, no temen confesar sus Fe, en el Resucitado; no temen a la muerte; se enfrentan a miles de personas, confesando a Jesús, como Señor, es el mismo Pedro que  50 días antes, temblaba de miedo ante una criada; él que manda bautizarse en Nombre de Jesús; pero no pensemos que el Espíritu, obro solo, en los que estaban en el Cenáculo, opero del mismo modo, en los que estaban fuera,  de lo contrario, los habrían hecho papilla;  curo su sordera, les hizo oír en su lengua; y, saber preguntar, a, quienes los acusaban de la muerte de un hombre, que muchos de los que allí estaban, judíos de la diáspora,  seguro ni habían visto, ¿Qué hemos de hacer?
Y, así con 3.000 personas  empieza la Iglesia, y, el Espíritu va sugiriendo siempre, lo más necesario,  para el crecimiento del Cuerpo, la entrada de los gentiles, por ejemplo, y, no ha dejado de actuar, Él hizo nacer el deseo de la búsqueda de La Unidad,  a  los cristianos de la confesión anglicana de Edimburgo, y, alentó a  que las otras Iglesias, entre ellas la Iglesia Católica Romana,  viese  la búsqueda de la UNIDAD; como un don, del mismo Señor
Inspiro el Vaticano II,  de modo especial  la U. R. Movió a los pontífices a dejar la palabra  hermano separado,  simplemente por la de hermano, y, sigue soplando,  sobre cada uno, sacudiéndonos, como,  hizo en aquel primer Pentecostés

5º  En qué, quienes, y, como
En qué hemos de renovarnos

Reconocemos, que  esta pregunta no es fácil; y, no, porque no tengamos  en que renovarnos; sino  porque cada uno de los miembros de La Iglesia, de Las Iglesias, o, Comunidades, somos  individuos;  es decir cada uno, es cada uno; lógicamente, a nivel institucional también hacen falta renovaciones; pero lo que cuenta aquí, es lo que podemos hacer  cada uno; uno, a uno; y, si no es así, lo que hagan, los Estamentos eclesiales,  valdrá de muy poco, como mucho de portada de prensa.
No, se pueden dar tampoco pautas, sería  pretencioso  hacerlo, cada persona  cristiana,  sea, o, no del movimiento ecuménico;  tiene una  forma de vivir,  el mismo; una forma de ver a los otros cristianos,  depende la educación recibida etc.
Por ello, lo que hemos de hacer, cada uno, es un examen  de conciencia; individual; preguntarse, cada uno
¿Cómo es mi relación con los que  a nivel eclesial católica, o,  de la Comunidad, a la que  uno pertenezca; no piensan como yo, en este campo, viven la Fe, su relación con Dios, su piedad de otro modo?
¿Qué debo mantener, o, que debo corregir, o, mejorar en este punto?
¿Hacia las otras Iglesias, o, Comunidades, Cuál es mi postura,  de “paternalismo”; de “ superioridad”; de inferioridad”, soy de los que dicen; “ creen lo que les enseñaron”; o, por el contrario, veo,  al Espíritu actuando en sus Iglesias
¿Oro, por la reconciliación entre todos los que formamos La Única Iglesia de Cristo, aunque ahora, nos mostremos separados; o, por el contrario, oro por la conversión de los otros, porque ni mi Iglesia, ni yo, la precisamos?
¿Tengo en cuenta, que La Voluntad de Jesús, que es Dios; fue que todos, “sean Uno?”
Todos, los cristianos somos pecadores, nuestro pecado, ha sido la separación de lo que Dios  había querido Uno,  los romanos,  no rompieron  la túnica de Jesús, nosotros la hicimos trizas.
La discordia, no sólo nos separamos, si no que nos hicimos todo el daño posible; nos calumniamos, e insultamos durante siglos, y, a veces más que insultarnos,  revivimos la  historia de Cain  y, Abel, sólo que aquí,  todos fuimos Caín, y, todos, salvo muy pocas excepciones Abel.
Confundimos Unidad, con Uniformidad, como si  fuésemos borreguitos, que todos  balan del mismo modo
La soberbia, el egoísmo, nos llevaron a  lo largo, de los siglos, a, acentuar lo que nos separaba, sobre lo que nos unía, cayendo en un constante, “Yo de Pablo, yo de Cefás…”

Cómo
Fortalecer nuestra Fe, con la oración,  el estudio, ahondar en el conocimiento de Jesús de Nazaret, y, de los hermanos, entablar un diálogo sincero, en el que nadie, oculte, lo que es, y, lo que cree; en donde no haya, ni falsos proselitismos, ni ocultaciones, donde se respete lo que no se comparte,  respetar no significa aceptar,  amarnos, como hacían en la Iglesia primitiva, donde no todos pensaban lo mismo.
Tenemos que hacerlo, porque el mundo, nuestro mundo va de mal en peor; y, va porque al no creer se ha apartado de Dios, sólo los cristianos podemos hacer que crea, presentándoles a Jesús, pero no podemos, porque a Jesús, lo hemos roto, y, cada uno, presenta un pedacito, y, a ese “pedacito” encima le hemos  hecho apaños, en muchas ocasiones, con lo que “ el Jesús resultante, es un ser monstruoso”; es preciso, que  estemos unidos, para que el Jesús, que demos al mundo, sea  el Único que hay el Resucitado, entonces el mundo, al vernos, podrá creer, si quiere, y, ser salvado
Después de 2.000 años, aún no hemos caído en la cuenta, que sólo cuenta Uno, el nacido en Belén, y, muerto en la Cruz  en Jerusalén, que no hay,  y, si lo hay no debe haber,  ni,  católico, ni ortodoxo, ni anglicano, ni luterano, ni  baptista…., porque todos somos uno en Cristo Jesús
Buscar y lograr la Unidad, no es algo de lo que podamos prescindir,  es una obligación de nuestra vocación de cristianos, de bautizados, unidad vivida en el Amor
El Amor cubre multitud de defectos,  por eso, si amamos  sabremos ver con más indulgencia las faltas de los otros, y, con más rigor las propias,  por desgracia no siempre lo hemos hecho

Tiene que llegar el día, en que de nuevo  el mundo diga, “mirad como se aman”
6º urgencias pasos a dar en nuestras realidades
Intensificar el diálogo con los hermanos de otras Iglesias, y, comunidades cristianas
Profundizar en el conocimiento de nuestra propia fe, sobre todo, en el estudio, y, conocimiento bíblico
Oración más intensa, de los unos por los otros; y, de los unos con los otros
Actividad social, cuando surja; y, sea necesaria, como dice el Papa Francisco, no somos una ONG
Ponernos en manos de Jesús
Miembros del grupo de animación ecuménica de La Coruña, diócesis de Santiago de Compostela

trabajo realizado en el curso 2012/2013


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