La Renovación de La Iglesia. Camino
hacia, la Plena Unidad
Este año,(2013) en el grupo
de ecumenismo de La Coruña; hemos elegido, el tema de “La Renovación en
la Iglesia; renovación que no es un simple renovarse, si no un adentrarse
en el Camino, hacia la Plena Unidad; cuando todos seamos Uno, en Jesús el
Cristo.
Sabemos, bien, que esa
Unidad, sólo será posible, cuando tenga lugar la Parusía, es decir la
Segunda Venida, de Jesús
Hemos dividido nuestro “trabajo”,
en estos apartados
1º ¿Qué entendemos por renovación; de la Iglesia?
Que la Iglesia, tiene que volver
a llenarse; del Espíritu Santo; como en un nuevo Pentecostés; no
para hablar al mundo, al que no le interesa lo que diga la Iglesia, salvo
que diga lo que él quiere, si no para hablar a los hombres que viven
en el mundo, que son hijos de Dios; y, están llamados a ser hijos de La
Iglesia; es preciso un nuevo Pentecostés, tal vez nos vendría
bien; releer despacio, el Libro de los Hechos
Renovación que hemos de hacer
todos, y, cada uno, de los que formamos la Iglesia, guiados por el
Espíritu Santo; empezando cada uno, por si mismo; comenzando por la
oración.
Cada persona del grupo, o, cada
grupo tendrá sus métodos, y, sus medios, desde el uso, de las nuevas
tecnologías, ¿Qué tal una cuenta en Facebook, para informar de los
acontecimientos ecuménicos que tengan lugar; y, para contactar con otros
hermanos?
Esto tiene un objetivo
El movimiento ecuménico, no
es un grupo de personas, que se reúnen cada cierto tiempo, o, qué andan a
la “caza” de algún nuevo miembro, muy al contrario, somos
Iglesia; una pequeña porción de Iglesia, pero Iglesia; Esa Iglesia
fundada por Jesús, y, que nosotros, todos, y, cada uno, hemos
herido, hemos roto; nos tiene que doler la desunión, que no
podamos compartir la Mesa Eucarística, con nuestros hermanos, por
eso tenemos que vivir el ecumenismo, no como una carga; como un carisma,
viviendo el “ ut unum sint”, día a día.
Recordando que nuestro modelo de
Unidad, es La Santísima Trinidad; Las Tres Personas, Son Una
en esencia, por necesidad, sólo hay 1 Dios, pero son 3 en
Persona, no es lo mismo el Padre, que Jesús, tampoco nosotros
empezando desde esta pequeña porción de Iglesia, que es el grupo de
ecumenismo, tenemos que ser distintas, lo somos cada uno, tiene una
formación espiritual, una forma de relacionarse con Dios, hasta de vivir el
ecumenismo, y, eso es bueno, y, no debemos jamás unos imponernos a los otros,
pero al mismo tiempo, en el respeto a esa diversidad, hay algo que hemos
de tener todas es el compromiso de orar al Padre, para que adelante la
hora de la Unión, amar a los hermanos que no piensan en todo
como nosotros, que no viven la Fe en el Resucitado del mismo modo, pero
que creen en Él, que lo aman, y, que en Iran e Irak; muchos lo están
testimoniando con su sangre, procurar conocerlos, para amarlos, no se ama lo
que no se conoce, no se trata por tanto del estudio frío
Tienen que dolernos sus problemas
como Comunidades e Iglesias, y, para ello, precisamos conocerlos,
lo que indica no sólo conocer lo que creen, y, piensan si no también lo que
están pasando ahora, un conocimiento realista, no ver como bueno, todo lo
que hagan cuando no lo sea
Vivir un ecumenismo alegre, hemos
dado demasiada visión del viernes santo, cuando dura más la Pascua, de hecho,
desde el año 33 aún no ha concluido, ni concluirá.
Ante los hermanos no católicos
que nos rechazan, pensar un poco, en los motivos que puedan
tener; y, si uno se siente culpable pedir perdón, sino estar
dispuesto al perdón, orar por ellos, y, tratar de que no se vuelvan a dar los
motivos que aún les hieren
Hemos de evitar también las
burlas a otras Iglesias, y, Comunidades, bueno, las burlas a ninguna
religión, pero tampoco consentir chanzas con los nuestro
2º Relación entre renovación y, Unidad
No, estaría de más, que no
olvidásemos el significado de la palabra; “ renovar”; hacer que algo,
este como en el momento, en que fue construido; no se trata pues, de
hacer otra Iglesia; si no la que fundo Jesús de Nazaret, y, a la que
nosotros todos los cristianos; la hemos afeado, con nuestros torpes
“ aderezos”; viendo a la Iglesia como una barca, “ La barca de Pedro”;
podríamos decir que en el navegar por el proceloso mar de la
historia; se le han pegado, muchas rémoras; y, nuestro deber es
dejarla; limpia, renovada; sabiendo bien, que mientras
la UNIDAD; entre todos los que confesamos que Jesús; es el Cristo; no
será total; y, hemos de buscarla.
Y, esto por varias razones.
La primera, y, más importante,
porque forma parte del Testamento de Jesús; Jesús, oro al Padre, porque fuésemos
Uno, como Ellos, son Uno.
La segunda, porque todos,
sin excepción, creemos y confesamos, de acuerdo a Las Sagradas Escrituras; y, a
la fórmula de fe, del Concilio ecuménico del 381,
Nicenoconstantinopolitano; En el Dios Uno, y, Trino, Padre, Hijo, y,
Espíritu Santo; y, a la Iglesia como Una, Santa, Católica, y, Apostólica.
Sin embargo, ante el mundo, nos
presentamos divididos, y, nuestro deber es el de mostrarnos unidos, el
hacer presente ante el mundo, la UNIDAD; que es, y, será siempre, Don, de
Dios.
Pero la UNIDAD; no se regala, hemos de buscarla entre todos,
orando sí, puesto que como ya queda dicho, es Don de Dios, pero no
basta, nos hemos ofendido, insultado, y, debemos pedir perdón, y,
perdonar, la reconciliación no es un hecho baladí, sin ella la
renovación, no sería más que una pantomima
Hemos también de conocernos los
unos a los otros, y, eso, no basta con el estudio, aunque sí, es
necesario, si no con el diálogo fraterno; con la oración en común
Necesitamos también formar
y, examinar nuestra Fe, ver que cosas hemos añadido, por nuestra
cuenta; es decir hacer un serio examen de conciencia eclesial;
todas las Iglesias, y, Comunidades; y, ver que rémoras hemos
puesto, que dificultan e impiden la Unidad, porque no lo olvidemos, los
deseos de Jesús, están antes de nuestros caprichitos, por muy santos que nos
parezcan, y; Jesús nos quiere “Uno”.
Lógicamente, a lo largo de los
siglos, hay cosas que marcan nuestra diferencia, pero no
rompen nuestra Unidad, y, eso es bueno, ya que Dios no, nos quiere
clones, si no diversos, pero unidos en lo esencial, también esto, forma
parte de la renovación; el aceptar que el hermano, que cree lo mismo que
nosotros, lo exprese por ejemplo litúrgicamente de otra manera, sacarnos
de la cabecita, el “yo soy la verdad”; y, sólo lo mío vale; porque “Yo Soy la
Verdad”; Jesús lo tiene patentado, nosotros sólo, somos en cuanto,
estamos unidos a Él; y, nos unimos en el bautismo, el mismo para todos; la
renovación, nos debe llevar también a la Unidad en la diversidad; y, todo no
para ser un día noticia en los telediarios, si no para Gloria de Dios, Uno, y,
Trino, porque por encima de todo, nuestra UNIDAD; para no ser simplemente
una ; unidad, debe ser de cada, uno, y, de todos con Dios; porque, esta
es nuestra vocación, y, la de todos los hombres, aunque no lo sepan; como
dice la GS, en su punto 19; “ La razón más alta de la dignidad humana,
consiste en la vocación del hombre, a la unión con Dios”
3º Fundamento bíblico
Todo lo que hemos expuesto
hasta ahora, no es una mera elucubración, sino que muy al contrario, está
firmemente asentado, en las Sagradas Escrituras.
Tanto en el AT; como en el NT,
como haríamos esto muy largo; hemos elegido, sólo 2 textos
del AT; uno irá al final como oración; y, 3 del NT. Ni que decir
tiene que podrían ser muchos más
Empezamos con el AT: Miqueas 2, 12
“Voy a reunir a Jacob, todo entero
Voy a recoger el resto de Israel
Los agruparé como ovejas en el aprisco
Como rebaño en medio del pastizal
Él que abre caminos, subirá delante de ellos
Les abrirá pasarán la puerta, por ella saldrán
Su Rey, pasará delante de ellos
Yahvé a la cabeza”
Jacob como todos sabemos es
Israel, y, para nosotros los cristianos, en Jesús, hijo del pueblo de Israel
nos unimos al pueblo de la promesa, por eso, aunque Miqueas pensará en la
reunión del pueblo de Israel, nosotros hemos de verlo, como la promesa de que
Dios unirá a todos los cristianos, es más a todos los hombres en la
Única Iglesia de su Hijo, ya Jesús en Juan, nos dice, que tiene otras ovejas,
que las juntará a todas en el mismo rebaño; Él es la Puerta, por la que
todos los cristianos, y, los que no lo son accedemos al Padre, por ella
nos dice el profeta que saldrán, Jesús no dice, que saldrán, dejar
la vida de pecado, y, entrarán, vida de conversión y. Gracia
El Rey es Jesús, y, ya va
delante esta ante el Padre, pidiéndole que una a sus hermanos, para que
seamos Uno, como Ellos Tres son Uno, y, el mundo crea
Yahvé a la Cabeza, y, Yahvé es también Jesús, “Jesús es “Yo
soy, Él que es”; así nos lo ha dicho Él, “no temáis Yo soy”; y, también,
“para que cuando suceda creías que “Yo soy”
Jesús, el Padre, el Espíritu
Santo, son el Dios que es; pero también el Dios que esta, que está
a nuestro lado, fabricando la Unidad, incluso cuando nosotros la
tiramos por el suelo, sigamos adelante con Los Tres, es Decir con Uno, el
Dios de Israel, y, su enviado Jesucristo, así un día, podrá tener lugar la
deseada unión en la fe, el amor, y, la esperanza, y, pronto podrá el Señor
Jesús venir al corazón de todos los hombres, y, esa será su Venida
gloriosa.
Del Nuevo Testamento, tomamos en
primer lugar a Juan 17
“Padre Santo, guarda en tu Nombre, a éstos que me has dado, para que
sean uno, como Tú, Padre, y, yo somos Uno, que ellos sean en nosotros, y, el
mundo, crea que Tú me has enviado; y, los has amado, como me amaste, a mi…..
Pero no ruego, sólo por ellos, si no, por cuantos han de creer en mi, por su,
palabra, que sean uno, Padre, como Tú en Mi, y, Yo, en Ti, para que el mundo
crea”
Ahí, nos da Jesús también
la razón de la UNIDAD; que el mundo crea.
San Pablo el Apóstol de los
gentiles, nos dice, en la carta a los Efesios; 2,14
“Porque Cristo es nuestra paz: él ha unido a los dos pueblos en uno
solo, derribando el muro de enemistad que los separaba”
Es verdad que el Apóstol, habla
pensando, en los cristianos procedentes del judaísmo; y, los que ahora, por el
bautismo, se convertían en adoradores del Dios de Abraham, dejando los ídolos;
pero el Mensaje, no acaba ahí; cada Iglesia cristiana, cada Comunidad eclesial,
se lo puede aplicar; Jesús, es nuestra Paz, en Él ya estamos unidos, pues
en el bautismo, fuimos incorporados a su Cuerpo; por eso; podemos decir juntos,
“Padre Nuestro”; Él derriba el muro de enemistad, y, odio que nos separa;
tenemos que dejarle, y, no levantar más muros
El otro texto, es también de Pablo, 1 Cor, 1, 3-4
“Cómo andáis por ahí, diciendo, yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de
Cefas, yo, de Cristo, ¿Esta dividido Cristo, murió Pablo por
vosotros?.... Ni, el que siembra es nada, ni el que riega, si no Dios que hace
crecer…”
Es uno de los textos más
actuales; y, no, sólo porque nos hemos empeñado, en decir, “Yo soy viejo
católico, yo católico romano, yo ortodoxo, yo cristiano
evangélico, luterano etc. Si no que dentro, de nuestra misma
Iglesia; en este caso la Católica romana, porque por voluntad de Dios, es
lo que somos; hemos hecho, y, hacemos bandería, “ Yo soy
carismático, Yo de Comunión y Liberación….. Yo, sólo soy de la Iglesia;
y, entre los que no son, o, no somos de nada; también, surgen
banderías,
“la cofradía, la congregación, o, nada”
“la cofradía, la congregación, o, nada”
Y, eso que es bueno, porque la
diversidad es buena, y, querida por Dios, nos hace vernos
como “ rivales”; y, él que no es de mi grupo, de mi movimiento, a fuerza ha de
estar errado; nos olvidamos, que benditos movimientos, sí, nos llevan a amar
más al otro, a estar más unidos a Jesús, a vivir su Palabra, pero si nos
convierten en islas, en islotes, malo, muy, malo, como dice Pablo en otro
lugar de esta Epístola, cada uno, tiene de Dios su propio don.
Lo que importa es ser de Jesús,
si no somos suyos, por más que se firmasen acuerdos de unidad, sería una
mentira.
Jesús es Uno, y, Uno con su Padre, y, el Espíritu Santo; y, al
bautizarnos, fuimos unidos a Él, por tanto, en Él ya estamos unidos, ahora,
sólo nos falta, con su ayuda, sus méritos, y, la fuerza del Espíritu
Santo, restablecer la verdadera UNIDAD; o, mejor dejarle hacer.
4º El Espíritu Santo, en la renovación de la Unidad de la
Iglesia
No, nos queda más remedio,
tenemos que ir al Libro de los Hechos de los Apóstoles; a nuestro nacimiento,
primeros capítulos, que no vamos a poner aquí, si a recordar.
La Iglesia primigenia, 11
señores, Judas, se había suicidado, llenos de miedo, con más miedo que
vergüenza; encerrados en una casa, con un grupo de mujeres, y, otros
creyentes, entre ellas, la Madre del joven Maestro crucificado. Con las puertas
bien cerradas, miedo a los judíos, hermanos en la fe, miedo a los
gentiles, a los prosélitos, miedo a todo, de pronto, llega, El Espíritu Santo,
y, todo se transforma aquellos cobardes se hacen valientes, hasta dar la
vida, hablan en el lenguaje, que los otros les pueden
entender; el lenguaje del Amor, no temen confesar sus Fe, en el Resucitado;
no temen a la muerte; se enfrentan a miles de personas, confesando a Jesús,
como Señor, es el mismo Pedro que 50 días antes, temblaba de miedo ante
una criada; él que manda bautizarse en Nombre de Jesús; pero no pensemos que el
Espíritu, obro solo, en los que estaban en el Cenáculo, opero del mismo modo,
en los que estaban fuera, de lo contrario, los habrían hecho
papilla; curo su sordera, les hizo oír en su lengua; y, saber preguntar,
a, quienes los acusaban de la muerte de un hombre, que muchos de los que allí
estaban, judíos de la diáspora, seguro ni habían visto, ¿Qué hemos de
hacer?
Y, así con 3.000 personas
empieza la Iglesia, y, el Espíritu va sugiriendo siempre, lo más
necesario, para el crecimiento del Cuerpo, la entrada de los gentiles,
por ejemplo, y, no ha dejado de actuar, Él hizo nacer el deseo de la búsqueda
de La Unidad, a los cristianos de la confesión anglicana de
Edimburgo, y, alentó a que las otras Iglesias, entre ellas la Iglesia
Católica Romana, viese la búsqueda de la UNIDAD; como un don, del
mismo Señor
Inspiro el Vaticano II, de
modo especial la U. R. Movió a los pontífices a dejar la palabra
hermano separado, simplemente por la de hermano, y, sigue soplando,
sobre cada uno, sacudiéndonos, como, hizo en aquel primer Pentecostés
5º En qué, quienes, y, como
En qué hemos de renovarnos
Reconocemos, que esta
pregunta no es fácil; y, no, porque no tengamos en que renovarnos;
sino porque cada uno de los miembros de La Iglesia, de Las Iglesias, o,
Comunidades, somos individuos; es decir cada uno, es cada uno;
lógicamente, a nivel institucional también hacen falta renovaciones; pero lo
que cuenta aquí, es lo que podemos hacer cada uno; uno, a uno; y, si no
es así, lo que hagan, los Estamentos eclesiales, valdrá de muy poco, como
mucho de portada de prensa.
No, se pueden dar tampoco pautas,
sería pretencioso hacerlo, cada persona cristiana, sea,
o, no del movimiento ecuménico; tiene una forma de vivir, el
mismo; una forma de ver a los otros cristianos, depende la educación
recibida etc.
Por ello, lo que hemos de hacer,
cada uno, es un examen de conciencia; individual; preguntarse, cada uno
¿Cómo es mi relación con los
que a nivel eclesial católica, o, de la Comunidad, a la que
uno pertenezca; no piensan como yo, en este campo, viven la Fe, su relación con
Dios, su piedad de otro modo?
¿Qué debo mantener, o, que debo
corregir, o, mejorar en este punto?
¿Hacia las otras Iglesias, o,
Comunidades, Cuál es mi postura, de “paternalismo”; de “ superioridad”;
de inferioridad”, soy de los que dicen; “ creen lo que les enseñaron”; o, por
el contrario, veo, al Espíritu actuando en sus Iglesias
¿Oro, por la reconciliación entre todos los que formamos La Única
Iglesia de Cristo, aunque ahora, nos mostremos separados; o, por el contrario,
oro por la conversión de los otros, porque ni mi Iglesia, ni yo, la precisamos?
¿Tengo en cuenta, que La Voluntad de Jesús, que es Dios; fue que todos,
“sean Uno?”
Todos, los cristianos somos
pecadores, nuestro pecado, ha sido la separación de lo que Dios había
querido Uno, los romanos, no rompieron la túnica de Jesús,
nosotros la hicimos trizas.
La discordia, no sólo nos
separamos, si no que nos hicimos todo el daño posible; nos calumniamos, e
insultamos durante siglos, y, a veces más que insultarnos, revivimos
la historia de Cain y, Abel, sólo que aquí, todos fuimos
Caín, y, todos, salvo muy pocas excepciones Abel.
Confundimos Unidad, con
Uniformidad, como si fuésemos borreguitos, que todos balan del
mismo modo
La soberbia, el egoísmo, nos llevaron a lo largo, de los siglos,
a, acentuar lo que nos separaba, sobre lo que nos unía, cayendo en un constante,
“Yo de Pablo, yo de Cefás…”
Cómo
Fortalecer nuestra Fe, con la
oración, el estudio, ahondar en el conocimiento de Jesús de Nazaret, y,
de los hermanos, entablar un diálogo sincero, en el que nadie, oculte, lo que
es, y, lo que cree; en donde no haya, ni falsos proselitismos, ni ocultaciones,
donde se respete lo que no se comparte, respetar no significa
aceptar, amarnos, como hacían en la Iglesia primitiva, donde no todos
pensaban lo mismo.
Tenemos que hacerlo, porque el
mundo, nuestro mundo va de mal en peor; y, va porque al no creer se ha apartado
de Dios, sólo los cristianos podemos hacer que crea, presentándoles a Jesús,
pero no podemos, porque a Jesús, lo hemos roto, y, cada uno, presenta un
pedacito, y, a ese “pedacito” encima le hemos hecho apaños, en muchas
ocasiones, con lo que “ el Jesús resultante, es un ser monstruoso”; es preciso,
que estemos unidos, para que el Jesús, que demos al mundo, sea el
Único que hay el Resucitado, entonces el mundo, al vernos, podrá creer, si
quiere, y, ser salvado
Después de 2.000 años, aún no
hemos caído en la cuenta, que sólo cuenta Uno, el nacido en Belén, y, muerto en
la Cruz en Jerusalén, que no hay, y, si lo hay no debe haber, ni, católico, ni ortodoxo, ni
anglicano, ni luterano, ni baptista…., porque todos somos uno en Cristo
Jesús
Buscar y lograr la Unidad, no es
algo de lo que podamos prescindir, es una obligación de nuestra vocación
de cristianos, de bautizados, unidad vivida en el Amor
El Amor cubre multitud de defectos, por eso, si amamos
sabremos ver con más indulgencia las faltas de los otros, y, con más rigor las
propias, por desgracia no siempre lo hemos hecho
Tiene que llegar el día, en que
de nuevo el mundo diga, “mirad como se aman”
6º urgencias pasos a dar en nuestras realidades
Intensificar el diálogo con los hermanos de otras Iglesias, y,
comunidades cristianas
Profundizar en el conocimiento de nuestra propia fe, sobre todo, en el
estudio, y, conocimiento bíblico
Oración más intensa, de los unos por los otros; y, de los unos con los
otros
Actividad social, cuando surja; y, sea necesaria, como dice el Papa
Francisco, no somos una ONG
Ponernos en manos de Jesús
Miembros del grupo de animación ecuménica de La Coruña, diócesis de
Santiago de Compostela
trabajo realizado en el curso 2012/2013
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