viernes, 16 de septiembre de 2016

Manifiesto del XXVI Encuentro Ecuménico de “El Espinar” 2016





Espiritualidad para un mundo en crisis
La fe transforma, humaniza y salva


1. Creemos en Dios Uno y Trino: en el Padre, creador del mundo; en el Hijo, salvador; y en el Espíritu Santo, vivificador y santificador. Dios es Amor, es decir, comunión, relación y transformación.

2. Nuestra espiritualidad acepta la trascendencia de Dios y también su inmanencia en el mundo, en la historia y en el ser humano.

3. Nuestra fe en Dios Creador presupone y afirma la unidad de la naturaleza y de todo el género humano. Dios ama todo lo que ha salido de sus manos, la creación entera. De ahí nuestra visión ecuménica.

4. Jesucristo, Dios y hombre verdadero, es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Creemos que en Jesús de Nazaret, Dios se ha humanizado, haciendo así posible la humanización y la divinización del hombre, por la fuerza del Espíritu.

5. A pesar de los enormes avances científicos y tecnológicos actuales, parece que la sociedad ha iniciado un camino deshumanizador. La soberbia, el individualismo, el egoísmo y la ignorancia fomentan normas de conducta  destructivas, contrarias al bien común.

6. Vivimos en un mundo globalizado e interdependiente que obliga a revisar ciertos comportamientos egoístas ante la economía del mercado y nuestro modo de actuar con la naturaleza. Estamos en un estado de emergencia ecológica y económica auténtica mente suicida.

7. Afirmamos que la persona humana es centro y punto de convergencia del interés cristiano. Dios afirma, no rechaza nunca lo verdaderamente humano.

8. Por ello, nuestro ideal de conducta no puede ser buscar el máximo provecho económico, sino la justicia y la solidaridad, que traducen de modo inteligible y concreto la exigencia evangélica del amor al prójimo y hacen posible la vida.

9. Consideramos, además, que la amistad y la colaboración ecuménica entre las diversas Iglesias y Confesiones Cristianas es urgente e imprescindible, frente a todos los procesos de deshumanización que vemos desarrollarse ante nuestros propios ojos.

10. La presencia del Amor y la Misericordia de Dios en la realidad dramática del mundo, fundamenta y exige una espiritualidad ecuménica y de servicio, respetuosa con la naturaleza y solidaria con la entera humanidad.

Amar es respetar y servir. La fe y la espiritualidad cristiana transforman, humanizan y salvan.
El Espinar. Julio 2016
Fuente revista Eclesia digital


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