miércoles, 7 de julio de 2021

Dios quiere La Unidad de sus hijos

 

Dios quiere La Unidad de sus hijos
“Os iré reuniendo a uno de cada ciudad, a dos de cada tribu, y os traeré a Sion”. Así hablaba Dios por Ezequiel al pueblo de Israel, Dios les prometió reunirlos. Y, la Palabra de Dios es eterna, es viva, es eficaz, cumple lo que promete, si Dios prometió reunir a su Pueblo lo cumplirá, los cristianos todos, todos los que confesamos a Jesús como el Cristo, Hijo de Dios encarnado en María Virgen, muerto y resucitado para nuestra justificación; a todos nosotros dispersados en mil y una Iglesias, Comunidades; Dios nos tomará de cada ciudad, esa ciudad es la Iglesia o Comunidad en la que estemos y nos llevará a Sión, y, en Sión nos reunirá a todos. Y, Sión es La Iglesia de su Hijo, El Cuerpo de su Hijo, para que seamos Uno, como Ellos son Uno.
Y, Dios no miente
En otro lugar dice el profeta
“El que dispersó a Israel lo reunirá,lo guardará como un pastor a su rebaño”
Es cierto que Dios, no nos disperso, fuimos nosotros con nuestro pecado, nuestra soberbia, pero Dios lo permitió, cómo hizo antaño con el viejo Israel; pero siguió velando por cada uno, hizo nacer el deseo de La Unidad, los avances en el diálogo ecuménico en medio de un mundo secularizado no serían posibles sin el soplo de La Ruha divina sobre nosotros, sobre cada Iglesia, cada Comunidad; por eso sabemos y confiamos que llegará el día en que todos seamos Uno, como Las Tres Personas divinas son Un sólo Dios.

Durante tiempo aún hay algunos que siguen creyendose los elegidos, pero gracias a Dios ya son menos, los que ven al hermano cristiano de otra Iglesia, como hereje, cismatico, papista, etc
Que piensa que sólo en su Comunidad o Iglesia esta la Verdad absoluta, y que nada pueden aportarle los demás, o que nada bueno o verdadero tienen, los hay pero ya son pocos
Pero somos más los que nos vemos como lo que somos hermanos en Cristo; y, hermanos de Sangre, de la Sangre de Jesús y de los mártires a los que no se les pregunta de qué Iglesia son, sino que se les pregunta, si son de Cristo
Pero para llegar a esto, y, avanzar más, para que La Unidad sea posible, es preciso que dejemos cada uno que Dios cumpla lo que ha prometido por el profeta
“Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”. Ez 36
Porque es el corazón de piedra él que nos enfrenta al hermano, y lo hace ver como extraño.
Sigamos caminando



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