martes, 3 de febrero de 2015

Al Forastero, siempre se le ofrece agua, también en las viejas aldeas de Galicia

"Al forastero siempre se le ofrece agua; también en las viejas aldeas de Galicia "

Uno de los textos para la  semana de la oración de este año,  dice, que en Brasil, al forastero siempre se le ofrece agua, pues bien  no sólo en Brasil, también en Galicia, al menos en las viejas aldeas, cuando uno llegaba a la aldea, fuera la suya, o, la de otro, lo primero que se encontraba, eran las puertas abiertas,  y, si “el jefe principal”, es decir, el can de palleiro,  te dejaba entrar, una voz de mujer, casi siempre,  te decía, ¿Queres, un vaso de auga”,  agua, que se tenía en la sella, o en cubos, recién traída del pozo, o de la fuente, un agua, fresca, rica, aunque seguramente, no lo descartaría, el perro, y, el gato de la casa,  habrían  bebido en ella,  naturalmente después del agua, si se podía se ofrecía vino, tocino, jamón, chorizos

Ahora claro, ha cambiado, los pocos que se quedaron en las aldeas, viven con los adelantos de la ciudad, y, en vez de un vaso de agua,  te dicen. ¿Queres un cerveixa, o, unha cocacola, ou non  tes sede?

Una forma de decirte, si quieres refrescos, vete al bar, aunque lógicamente hay de todo

Pero la enseñanza, de esto es que tanto los gallegos, como los brasileños, sabían, saben que el agua, es un elemento necesario para la vida, lo saben porque sus campos no dan fruto si no tienen agua,  saben que el agua es un don de Dios, en la ciudad no, tienes que pagarla, saben que al que llega cansado, al que se acerca sediento, o, que presumes sediento, debes brindarle, ese don de Dios, que es el agua

Y, si eres el visitante, el caminante, sabes que debes aceptarla, aunque seas hombre, o mujer de ciudad, debes tener ese acto, humilde de compartir antes que nada, un vaso de agua


Y, así también todos los cristianos hemos de saber compartir los dones del Espíritu Santo, compartir lo que nos une, y, no ocultar lo que nos separa

No hay comentarios: