No encerrar el Espíritu en una jaula
En una película que tal vez algunos vieran
irreverente, para mí fue todo lo contrario, “se veía el cielo, un cielo muy
peculiar, y, el Espíritu Santo, dentro de una jaula, ya que se mostraba como
una paloma, un ave”
Comentándolo con una persona cristiana católica. Que la
había visto también me dijo, que le había hecho meditar porque muchas veces, “encerramos
al Espíritu Santo en nuestra jaula
particular”
Formas de encerrar al Espíritu Santo, no son las
únicas
Tenemos La Biblia en casa, y, no la leemos o la leemos
pero como un clásico
Estudiamos la Biblia, pero no oramos con ella, ni
llevamos a ella nuestra vida
Pasamos si somos católicos de los documentos de la
Iglesia
O si los leemos pero como si fuera la prensa
No compartimos nuestra fe
Tratamos de imponer a los demás lo que creemos
Nos escudamos en la edad, para no avanzar en el camino
de la fe, y seguimos con la piedad, y, la fe de los ocho años
Alardeamos mucho de ser cristianos pero vivimos como
paganos, ateos, porque ya se sabe son otros tiempos
No hacemos oración, si acaso un rezo atropellado sin
saber con quién hablamos
En Misa ante la proclamación de la Palabra
aprovechamos para otras prácticas de piedad, porque no, nos interesa lo que El
Espíritu Santo, nos esta diciendo, el habla al proclamarse La Palabra
Decidimos no escucharlo cuando nos habla extra por
medio de personas, acontecimientos que hemos decidido no son los correctos….
Hacer lo contrario es al menos dejarlo libre
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