Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados
Jesús como nos recuerda La Escritura, es la Propiciación por nuestros pecados. Quien nos reconcilia en su carne con Dios
Y, es por ello también quien consigue para nosotros el perdón por el pecado de la división contra su Iglesia
Del pecado de la división todos en la medida que solo Dios conoce somos culpables, y, este pecado hiere directamente a Jesús, porque La Iglesia es su Esposa y es su Cuerpo, es más que la imagen de la túnica inconsutil, pues una túnica es algo externo, el cuerpo no
Jesús siente en sí mismo, en su Cuerpo mistico este desgarró, y, ora al Padre, presentandose como propiciación, para que ese pecado nos sea perdonado, para que seamos Uno, como ellos son El Uno eterno, el Único Dios, y así el mundo crea en su venida al mundo, y, sea salvado
Y, Dios escucha a su Amado, y, nos pone en marcha unos hacia otros, y, en el día en que él quiera, nos reunirá a todos en La Única Iglesia de su Hijo
No por nosotros por su Hijo, por Jesús.
Que murió y resucitó para que nuestros pecados fuesen perdonados.
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