miércoles, 8 de abril de 2015

La Escritura, empuja ¿Hacia Cristo, o, hacia la Iglesia?






Las Escrituras, mejor dicho, La Escritura, la Biblia, no lleva a nadie, no tiene la misión de llevar a la Iglesia, como fin, no empuja a la Iglesia, si no hacia Cristo, ahora bien, a Cristo, y, esto lo demuestra bien, la Biblia, no se le encuentra fuera de la Iglesia, y, cuando hay  ese encuentro fuera, termina siempre dentro

Pensar en Tomás,  no recibe a Cristo glorioso, el solito, cuando se encuentra con el Resucitado, es en La Iglesia, en La Comunidad, de los 12; y, pocos más entonces

Cuando los de Emaus, encuentran a Jesús, que les explica la Escritura, y, se les revela en la fracción del Pan, tienen la confirmación de que su encuentro fue real, cuando se les dice, “Si es cierto, ha resucitado, y, se ha aparecido a Simón”

Maria de Magdala, cuando duda,  si lo han robado, va visitar, a las columnas de la Iglesia, Pedro, y, Juan; pero para que le ayuden, fin último a encontrar al Amado

Sin alargarme más

Todo tiene que tender a llevarnos a Jesús, aunque lo haga por pasos intermedios, y, si nos quedamos en el medio, en el sacramento, o, sacramental,  eso es una idolatría

Si la Escritura, sólo nos lleva a la propia Escritura, malo, la hemos hecho un ídolo

Si sólo nos lleva a la Iglesia, y, a estar ahí quietos como parásitos, del Cuerpo místico, sin buscar restañar las heridas del Cuerpo de Jesús,  heridas que hicimos al separarnos, los que nos llamamos cristianos,  y, creemos que con que nos salvemos nosotros, en nuestra Iglesia, Comunidad, da igual que nos llamemos católicos, luteranos, anglicanos, …  hemos hecho de la Iglesia un ídolo

El motivo de La Escritura, si es conducirnos a La Iglesia, donde esta Palabra, se confirma, y, se nos da pura,  pero eso es para conducirnos a  Cristo, y, a Cristo, no lo queremos herido, queremos su Cuerpo sano, por eso, el deber de todo cristiano, es buscar La Unidad, que vendrá cuando Dios quiera, pero quiere, que trabajemos por Ella, ya ahora




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