viernes, 3 de febrero de 2017

El Yelmo de la Salvación, la Espada de la Justicia




Tomad el yelmo de la salvación, la espada de la justicia que es la palabra de Dios, Ef 8 Tomad el yelmo de la salvación, la espada de la justicia que es la palabra de Dios, Ef8
Con esta frase, San Pablo no llama a la lucha contra nadie, no llama a la lucha armada, si alguien lo tomo asi, en algún tiempo atrás pobrecito, nada más lejos
El yelmo, era la parte de la armadura que protegía la cabeza, aunque no estoy muy segura, si que era una parte defensiva de la misma, puede que lo fuese del pecho, la coraza, ya que entonces era el corazón  y no el cerebro el que se tomaba como sede de los sentimientos, el caso es que Pablo manda protegerse, proteger el corazón, no el musculo cardiaco, la mente, en sentido más amplio, la persona creyente, con ese Yelmo que va impedir, salvo que uno quiera que se le dañe
Al mismo tiempo manda tomar “la espada de la justicia” y el Yelmo y la Espada son lo mismo, “La Palabra de Dios”; que es La Biblia, pero no la Biblia sola
Y, por qué es un yelmo, porque si seguimos, si atendemos a lo que nos dice, el Enemigo no va poder herirnos, y si por un descuido nuestro lo hiciera, nos dice donde hallar cura
Es espada de justicia, no porque sirva, para tomar trocitos,  y lanzárselos al prójimo a la cabeza;  ni para llevar nuestra agua al molino propio;  si no porque como Palabra de Dios que es; penetra si le dejamos hasta el fondo de nuestra alma, nos muestra como somos, como deberíamos ser; nos arranca el mal, si dejamos, por eso digo que es la Biblia pero no sola; es la Palabra de Dios, recibida, escuchada, y en este escuchar va el leída, porque leemos un texto pero escuchamos a Dios, dentro de La Iglesia, no iglesia, en lugar físico no importa, y unidos a La Palabra autentica que es Jesús de Nazaret, el Cristo, sin el cual todo es nadería
Los cristianos debemos orar más con La Palabra de Dios;  revisar más nuestra vida, con ella, los no católicos dirán que ellos ya lo hacen, no es verdad, y no digo que mientan, acuden a la Biblia si, casi de forma idolátrica, pero olvidan Los Concilios ecuménicos, las oraciones conque los siervos de Dios, se dirigieron al mismo durante siglos, esos siglos en que éramos de verdad, Una Iglesia, las enseñanzas de los Padres, porque la Biblia no nació por generación espontánea, ni fue dictada, fue primero Tradición, Carta, Epístola
Los católicos, salvo excepciones,  y, casi siempre no por culpa nuestra la verdad es que la Palabra de Dios, ni Biblia ni Tradición, no porque se haya  prohibido, sí no, porque no se ha animado bastante, y, aunque creemos en la Tradición divino apostólica, nuestra ignorancia aquí es mayor que la Bíblica, yo estoy personalmente tratando de subsanar la diezmillonésima parte de la mía que no es infinita, porque es humana, pero sin inconmensurable
Pero mejor la Palabra de Dios, que tanta revelación privada, que sólo será válida, si no contradice la misma




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