viernes, 27 de abril de 2018

Oración " Mi Paz os dejo"

      Oración

“ Mi Paz, os dejo, mi Paz, os doy, no os la doy, como la da, el mundo, no se turbe vuestro corazón....”, estas palabras tuyas, Jesús, tantas veces, leídas, tantas veces oídas. Despertaron ayer, al oír la lectura del Evangelio, hasta entonces. No había entendido, tus palabras. Que diferencia Tu, Paz, Jesús de la paz del mundo, ayer lo vi, tu Paz, es la Paz. Con mayúsculas. Es la Paz del amor, tu no llegas imponiéndote, no dices, “vamos hablar claro, o me aceptas, o te la veras conmigo, no vamos a reñir, porque te aplasto”; no, Jesús, tu Paz, no es la Paz del tirano, que tiene todo su pueblo “ en paz” que en realidad es miedo, ni es la paz de las democracias, que suelen ser, pequeñas dictaduras, ni es tu paz, la paz de las mayorías que se imponen, y hacen callar a los pocos, ni la paz del autoritarismo.

Tú te ofreces, ofreces tu Cuerpo y tu Sangre, ofreces tu Iglesia, que es Tu Cuerpo, y me dices, nos dices, si quieres; si queréis aquí estoy, y si no, esperare, hasta que me abras, hasta que me abráis, pero tened cuidado, no sea que las tinieblas os devoren.

Por eso Jesús Tu Paz, no es la Paz, de los arcos y las flechas, ni de las pistolas, ni de las bombas, ni de los mísiles.
Tu Paz no es la Paz de la OTAN, ni de la ONU
Tu Paz no se consigue con tratados, que siempre acaban humillando a alguien
Tu Paz, no invade, no acorrala, no hiere la dignidad, no se impone se regala, se ofrece, Tu Paz, eres tú mismo

Tu Paz no esclaviza, no rompe la armonía interior del hombre, la restaura, porque lo libera de sus miedos, porque hace que se cumpla su voluntad, pues la verdadera voluntad del hombre, es el querer de Dios, la otra, la que pensamos que es nuestra voluntad, es la voluntad del Mal que anida en nosotros y nos domina.

No, nos das tu Paz. Como la da el mundo, como la dan los poderosos de la tierra,  “si quieren paz. Han de hacer o dejar de hacer...” no, tú, das tu Paz y dejas al hombre ser quien es.

Por eso nos dices que no tengamos miedo a tu Paz, que no la das, como el mundo, que no es una Paz, avasalladora, que es una Paz de libertad, que es la Paz del espíritu.
Por ello, Jesús, es preciso que vengas, y que impongas aunque no te guste la palabra imponer, que impongas, “tu paz”, esa Paz, que no entiende de guerras, ni de sangre, esa Paz regalada, esa Paz que nos ganaste, con tu Resurrección. Amen.


la escribí un día de pascua no recuerdo el año

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