domingo, 13 de mayo de 2018

CMIR Y FLM FIRMAN TESTIMONIO DE WITTENBERG Y CMIR ADHIERE A LA DOCTRINA SOBRE LA JUSTIFICACIÓN


CMIR Y FMLI firman 

En la búsqueda de la comunión y el testimonio común”
En una celebración ecuménica, el día de hoy en la Iglesia de la Ciudad de Wittenberg, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) y la Federación Luterana Mundial (FLM) suscribieron el Testimonio de Wittenberg, un acuerdo por el cual ratifican el llamado común a una renovación constante y a la cooperación, en ocasión del 500° Aniversario de la Reforma.
El Secretario General de la FLM Rev. Dr. Martin Junge firmó en representación de las 145 iglesias que componen la Comunión luterana mientras el Secretario General de la CMIR Rev. Dr. Chris Ferguson lo hizo en nombre de la Comunión reformada, que cuenta con mas de 225 iglesias miembro.
“Nosotros nos acercamos al aniversario de la Reforma desde la perspectiva de la unidad del cuerpo de Cristo, como un don de Dios. Esto significa que nos acercamos con un espíritu de apertura ecuménica y responsabilidad. El Testimonio de Wittenberg es señal de ello”, dijo el Secretario General Junge de la FLM.
“Como dijimos en la Declaración, como comuniones mundiales, nos comprometemos a explorar nuevas formas de vida en conjunto, que expresen cabalmente la comunión que ya tenemos en Cristo”, dijo el Secretario General Ferguson de CMIR. “Nosotros convocamos a nuestras iglesias miembro para que encuentren caminos para vivir plenamente estos compromisos comunes en sus contextos locales, haciendo mas visible nuestra unidad”.
El Testimonio de Wittenberg está basado en décadas de diálogo teológico y en diferentes acercamientos realizados por las iglesias miembro de la FLM y la CMIR alrededor del globo. Expresa gratitud por la unidad que las iglesias poseen actualmente en Cristo, celebra todo lo que tienen en común, reconoce y lamenta los asuntos que aún dividen, y expresa el llamado conjunto de testimonio a todas las iglesias en el mundo.
La declaración llama a significar en la actualidad una “creatividad renovada sobre ser la iglesia en comunión”.
 “Necesitamos una nueva imaginación para soñar un mundo diferente, un mundo donde la justicia, la paz y la reconciliación prevalezcan”.
Acuerdo sobre Justificación
Por otra parte, la CMIR suscribió una carta de asociación a la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación (DCDJ), convenida originalmente por la FLM y la Iglesia Católica Romana en 1999. 
La DCDJ describe el acuerdo entre estas últimas organizaciones en base a lo que fue un motivo de división de la iglesia en la época de la Reforma. “Nos alegramos juntos porque las diferencias doctrinales históricas sobre la Justificación no nos dividen más”.
En 2006, El Consejo Metodista Mundial (CMM) y sus iglesias miembro adhieren a los acuerdos fundamentales de la DCDJ, que señalan que las condenas mutuas surgidas de la Reforma en el siglo XVII no se aplican a la enseñanza actual de la justificación.
El día de hoy, la CMIR se suma a las demás comuniones cristianas mundiales, suscribiendo oficialmente la Declaración, manifestando sus énfasis particulares sobre el acuerdo, subrayando la relación integral entre justificación y justicia.
El Secretario General Ferguson de CMIR, firmó el documento en nombre de la Comunión Reformada. La carta de adhesión fue rubricada posteriormente por los signatarios originales de la Declaración y las demás partes participantes del acuerdo sobre la justificación: El Secretario General Junge de FLM, el Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Obispo Brian Farrel y el Secretario General del CMM, Obispo Ivan Abrahams.
“Nos comprometemos a luchar juntas para la profundización de la comprensión común de la justificación en el estudio teológico, la enseñanza y la predicación. El presente logro y el actual compromiso son acompañados por Católicos, Luteranos, Metodistas y Reformados, como parte de su búsqueda por la plena comunión y testimonio común al mundo, que es la voluntad de Cristo para todos los cristianos y las cristianas.” – Afirmación Conjunta.
– Conferencia de presa conjunta de la Federación Luterana Mundial y la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas

Testimonio de Wittenberg

Una Declaración conjunta de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y la Federación Luterana Mundial
5 de julio de 2017

Preámbulo
Hoy, en la ciudad de Martín Lutero y en la iglesia en la que solía predicar, nos reunimos para dar respuesta a las oportunidades únicas de renovación continua que el 500 aniversario de la Reforma ofrece a la Iglesia. En esta importante ocasión, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y la Federación Luterana Mundial, en presencia de representantes de la Iglesia toda, participan de un testimonio común. Este Testimonio de Wittenberg se basa en los pasos hacia la unidad adoptados por nuestras iglesias miembros alrededor del mundo y por décadas de diálogos teológicos cuyos frutos ahora reclamamos.
1. Juntas, damos gracias a Dios y nos regocijamos en la unidad que ya tenemos en Cristo, que no creamos y que no podemos destruir, ya que la Iglesia es obra del Dios Trino, la creación de la Palabra y del Espíritu. El don de la unidad no requiere uniformidad sino que se puede encontrar y celebrar también en la diversidad. La diversidad de nuestras tradiciones confesionales y nuestras iglesias son un reflejo legítimo de nuestros contextos particulares, de modo que estamos unidas, no divididas por tal diversidad.
2. Juntas, celebramos que somos uno en Cristo, compartiendo una herencia común de la Reforma y una fe común. Estamos unidas en la confesión del evangelio de Jesucristo. Nos alegramos de que ya no haya necesidad de estar separadas; nuestras diferencias no son para división de la iglesia.
Damos gracias por los ejemplos de aquellas iglesias luteranas y reformadas que ya han declarado la comunión eclesial, compartiendo ya un testimonio común, compartiendo en adoración, testimonio y trabajo para el mundo.
3. Juntas, reconocemos, confesamos y lamentamos que las divisiones todavía oscurezcan nuestra unidad y obstaculicen nuestro testimonio. Lamentamos que a través de nuestra historia, con demasiada frecuencia, hemos formado hábitos y estructuras divisivas, fallando en discernir el cuerpo de Cristo. La injusticia y el conflicto lastiman y escandalizan nuestro único cuerpo. Estamos implicadas en el colonialismo y la explotación que han marcado nuestra historia. Nos entristece la forma en que hemos permitido separaciones por motivos de la raza y de etnia; de clase y otras desigualdades;
el patriarcado y el sesgo de género; y la soberbia nacional, de lenguaje y de cultura hasta convertirse en motivos de división y opresiva en nuestras iglesias y en nuestro mundo.
4. Juntas, escuchamos el llamado de Dios y reconocemos el reclamo de Cristo sobre todas las áreas de nuestra vida. Escuchando la Palabra de Dios para nuestras vidas, experimentamos el llamado a una reforma continua. Oímos este llamado cuando se predica la Palabra y se celebran los sacramentos. Oímos este llamado de nuestros antepasados y antepasadas que estaban profundamente comprometidos con la unidad visible de la Iglesia, que lamentaron los cismas y los llamaron pecado, quienes describieron a la iglesia dividida con tristeza, como un cuerpo desmembrado.
Oímos este llamado de las muchas protestas nacidas del dolor, en la difícil situación de las personas refugiadas y migrantes, en la frustración, la humillación y los anhelos de tantas personas en nuestro mundo común, en las voces de los y las jóvenes que expresan preocupación por el futuro de la tierra, nuestro hogar común.
5. Juntas anhelamos una renovada imaginación de lo que podría significar la iglesia en comunión para nuestro mundo, en nuestro tiempo.
Necesitamos una nueva imaginación para vivir juntas, de una manera que abrace nuestra unidad no sólo como una gracia sino también como vocación.
Necesitamos una nueva imaginación para soñar un mundo diferente, un mundo donde prevalezcan la justicia, la paz y la reconciliación.
Necesitamos una nueva imaginación para practicar espiritualidades de resistencia y visión profética, espiritualidades al servicio de la vida, espiritualidades formadas para la misión de Dios.
6. Juntas nos comprometemos a responder a este anhelo con acciones concretas, convencidas de que la Palabra de Dios nos lleva a una comunión más profunda.
Como comuniones mundiales, luteranas y reformadas, nos comprometemos a explorar nuevas formas de vida en unidad, que expresen más plenamente la comunión que ya tenemos en Cristo.
Nos comprometemos a redoblar nuestros esfuerzos comunes para encarnar nuestra unidad, resistiendo juntas las fuerzas de la injusticia y de la exclusión.
Hacemos un llamamiento a nuestras iglesias miembros para que nuestra unidad sea más visible en sus contextos locales. Invitamos a nuestros socios ecuménicos a vivir con nosotras este compromiso común hacia la unidad y para testimonio al mundo.
7. Juntas oramos para que el Espíritu Santo nos dé el ánimo y la imaginación para vivir fielmente nuestro compromiso de unidad, expresado en el culto compartido, el testimonio y la tarea en el mundo. Oramos por liberación en el mundo más amplio y, por la gracia de Dios, por una profunda renovación y reforma de nuestras iglesias.



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