jueves, 28 de febrero de 2019

Jesús y el leproso la impureza

Jesús y el leproso la impureza
Todos conocemos el relato de la curación del leproso, que se acerca a Jesús, le dice desde lejos, “Señor, si quieres puedes curarme, Jesús se acerca, le toca diciendo, “Quiero queda curado”

Confieso que mucho tiempo lo ví, como un relato tierno, bonito que mostraba el poder de Jesús que es Dios además de hombre, ahí acababa toda mi historia con el relato

Otras veces oía a sacerdotes aprovechar para hablar de la necesidad de convertirse de ir a confesarse. Tampoco les daba para más

Pero cuando empecé a estudiar en serio La Biblia, y, cuando entre en contacto con el ecumenismo, y, con los otros hermanos, la cosa cambio radicalmente

Porque aquí en esta historia que se actualiza cada momento

Hay dos hombres

El leproso
Y, Jesús

Me quedo primero con el leproso, en aquella época cualquier enfermedad de la piel era considerada como lepra. Desde la soriasis a la misma lepra, como los antibióticos van a tardar más de 20 siglos en llegar, eran enfermedades casi mortales, y, la lepra de verdad además destructiva, como no se conocían los virus, se achacaba al pecado, así que el leproso era un pecador un impuro, y, tenía que ser expulsado de la sociedad, vivir aparte, no podía acercarse a una persona sana, pues la volvía impura

Por eso este leproso, que sabe que esta enfermo, y, no importa si era lepra de verdad o lo que fuese, va porque tiene fe a Jesús no va a Caifas, ni a los fariseos va Jesús, y, le llama Señor, Adonai, palabra que en la Biblia griega, sustituye al Nombre de YHV, cierto que eso lo pone la comunidad en la que se escribe, o nacen los evangelios, que son relatos pascuales donde ya saben por el Espíritu que Jesús es el Señor, y. es lo que nos interesa

El leproso, no ruega ser curado, no manda, dice simplemente, “si quieres puedes”, el decir si quieres, implica que acepta que no quiera, sin exigencias, no va acompañado de un grupo para hacer presión, ni soborna diciendo, si me curas te doy…no, dice simplemente, “si quieres”, si no quiere tendrá que aguantarse, lo segundo que dice es “puedes”, él no piensa si no me cura es que pobre no puede, no  él sabe que puede, sabe que Jesús puede sacar la lepra, seguramente los evangelistas pensaban en la lepra del imperio

Porque quiere curarse el leproso, para integrase en la sociedad, para poder ir al Templo, para ser un judío más

Y, ese debería ser el motivo de toda conversión, vivir de nuevo en La Comunidad, no hacerlo cosa de mi almita y, yo

El leproso no toca a Jesús, ni se le acerca, sabe que lo volvería impuro

Y, ahora voy con Jesús

Jesús hombre que es el modelo

Como judío Jesús sabe que si un leproso le toca accidentalmente, lo vuelve impuro, tiene que quemar su ropa, bañarse dar una ofrenda al Templo, ponerse ropa limpia y, vuelve a ser puro

Con todo respeto por Moisés, o quien fuese que hizo la dichosa Ley, Jesús sabe que no fue su Abba, no duda que la Ley fuese necesaria para evitar contagios, pero él no tiene miedo, se hizo hombre para echarse encima la lepra de nuestros pecados, aquel que tiene delante, es su hermano menor, hijo del Padre, es imagen del Padre, del Espíritu, y, del él mismo, en cuanto Dios, es un ser humano, un judío como él, por eso, no le grita desde lejos, “quiero queda curado”, se acerca y le toca, no le importa que los demás lo consideren impuro, no le hace impuro tocar la obra de su Padre, Él es la pureza infinita nada lo puede volver impuro

Jesús no obedece una Ley que pese a estar en La Tora ya no era justa, y, nos enseña a no tener miedo a acércanos a los demás, a los que es posible veamos aún algo lejanos, no tengamos miedo a tocarles, a tratarlos, a verlos como lo que son hermanos

Porque no hay seres humanos impuros, solo es impuro el pecado

Aprender de Jesús a actualizar la Fe y la Palabra, no vivir anclados en un pasado, y, acercarnos unos a otros pues todos, tenemos algo de leprosos, y, todos somos parte de Jesús  el Cristo.





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