miércoles, 4 de septiembre de 2019

No confiaban

Deuteronomio 1, 19-35 

“Después partimos del Horeb, y comenzamos a recorrer el desierto inmenso y temible que ustedes han visto. Íbamos hacia la montaña de los amorreos, como el Señor, nuestro Dios, nos lo había ordenado, y llegamos a Cades Barné.
 Entonces yo les dije: "Ya han llegado a la montaña de los amorreos, que nos da el Señor, nuestro Dios.
 El Señor, tu Dios, pone este país delante de ustedes: sube a tomar posesión de él, según te lo ha dicho el Señor,  el Dios de tus padres. No temas ni te acobardes".
Pero ustedes se acercaron a mí para decirme: "Enviemos delante de nosotros algunos hombres para que exploren la región y nos informen sobre el camino que debemos tomar y sobre las ciudades a las que debemos entrar".
La idea me pareció buena, y yo designé a doce de ustedes, uno por cada tribu.
 Ellos se dirigieron hacia la región montañosa y llegaron al valle de Escol. Después de haber inspeccionado la montaña, regresaron trayendo en sus manos frutos de esa región, y nos presentaron este informe: "La tierra que nos da el Señor, nuestro Dios, es excelente".
El temor y la protesta de los israelitas
Pero ustedes se negaron a subir y se rebelaron contra la orden del Señor, su Dios. 
Se pusieron a murmurar en sus carpas, diciendo: "El Señor nos aborrece; por eso nos hizo salir de Egipto para entregarnos a los amorreos y destruirnos.
¿Adónde iremos? Nuestros hermanos nos dejaron sin aliento, cuando nos dijeron: 'Son gente más grande y más alta que nosotros; las ciudades son enormes y están provistas de murallas que se elevan hasta el cielo. Allí vimos también a los anaquitas'".
 Entonces yo les dije: "No se acobarden ni les tengan miedo.
El Señor, su Dios, que va delante de ustedes, combatirá por ustedes, como lo hizo en Egipto ante sus propios ojos, y también en el desierto,  donde tú viste que el Señor, tu Dios, te conducía como un padre conduce a su hijo, a lo largo de todo el camino que recorriste hasta llegar a este lugar".
Y a pesar de todo, ustedes no tuvieron confianza en el Señor, su Dios,
que los precedía durante la marcha para buscarles un lugar donde acampar: de noche en el fuego, mostrándoles el camino que debían seguir, y de día en la nube.


 Al oír lo que ustedes decían, el Señor se irritó y pronunció este juramento:
"Ni uno solo de los hombres de esta generación perversa verá la hermosa tierra que yo juré dar a sus padres.”
Hasta aquí el texto sagrado. En el que nos habla de la conquista de Canaam, sin entrar en si es histórico o no, ni en su moralidad visto con nuestras gafas
La enseñanza que podemos tomar entre otras muchas, es que aquellos hombres se vieron sobrepasados por el problema, ellos solos no iban a poder con aquel pueblo tan fuerte, se los iban a comer en bocadillo, mejor se quedaban donde estaban. Solo Josue, y, Caleb y otros pocos fueron valientes
No, porque no vieran las dificultades que las veían, no porque les gustase el peligro, simplemente tenían fe, fe en Yhv, en el Dios de Israel, habían visto su poder, si él les mandaba él estaría con ellos
Los demás fueron castigados, y, murieron en el desierto donde estaban, en realidad se castigaron ellos
Hoy a nosotros a los cristianos, seamos de la Iglesia que seamos Dios nos manda buscar La Unidad, de todos en La Iglesia fundada por Cristo, en el momento que Dios quiera, y, como quiera, pero Dios quiere nuestra colaboración, que no tengamos miedo, o que lo tengamos pero nos agarremos de su mano
Que no dudemos en colaborar en ser miembros si podemos con grupos de ecumenismo, en acudir a iglesias o templos que no sean de nuestra Iglesia o Comunidad, que leamos que veamos programas de tv o radio de otros hermanos, que estudiemos para conocerlos más, que nos demos a conocer que oremos por y con ellos, unos con otros. Porque nuestro Dios Jesús quiere que seamos Uno, como Ellos el Padre, El Hijo, y, El Espíritu son Uno el Uno
Aunque nos digan que el otro es un papista, un hereje, un cismático, que vamos a perder la fe, pues tal vez incluso sea bueno perder una fe que desprecia al hermano, para recibir la verdadera Fe la que confesamos en el Credo, donde reconocemos Un Solo Bautismo

Si no lo hacemos recibiremos ya aquí el castigo, el castigo de mirar a los otros con recelo.
Seamos valientes como Caleb y Josue
Confiemos en Dios








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