lunes, 2 de septiembre de 2019

La humildad de quien se reconoce pecador ante Dios y el prójimo

La humildad de quien se reconoce pecador ante Dios y el prójimo

En el camino de La Unidad, hay una virtud que no, puede faltar la de la humildad, no de la humillación

Humildad de reconocerse pecador ante Dios, porque nuestra desobediencia a Dios, anulan la Redención para nosotros, para cada uno, y, anulan el testimonio ante el mundo, pero sobre todo, anulan el Camino a la Unidad,  son antitestimonio para los otros cristianos

Por eso es preciso reconocerse pecador ante Dios y pedirle perdón

Y, no sólo de pecados personales, sino reconocer como Iglesia, la culpa los fallos que nuestra Iglesia tuvo en el pasado, y, que llevaron a la ruptura, confiando en el Amor y en la Misericordia de Dios, pidiendo la gracia de no volver a caer, orando por seguir adelante

Pero no llega hacerlo ante Dios, es preciso hacerlo ante el otro, ante el hermano, fue lo que hizo Juan Pablo II, cuando pidió perdón, pero no es sólo cosa del Papa, o de otro dirigentes cristianos, es algo que tenemos que hacer todos, a lo mejor no siempre podremos hacerlo personalmente, pero si aceptar las criticas justas que se nos hagan, y, cuando se tenga ocasión pedir perdón

Y, no sólo los católicos, los luteranos, los anglicanos, los metodistas, todos, todos más o menos nos olvidamos que éramos que somos cristianos que somos hermanos, y, nos despedazamos como hienas muchas veces, hiriendo el Cuerpo de Cristo.

Pues seamos humildes y reconozcamos que todos somos culpables. Aunque no existiéramos en el momento, no, aceptamos los triunfos pues también aceptemos las derrotas.

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