jueves, 31 de octubre de 2019

Dar a los hermanos tu Paz, no la paz del mundo.

Dar a los hermanos tu Paz,  no la paz del mundo.

Y, esa Paz, no puede ser otra que la que Jesús dio a sus discípulos. Jesús dejo bien claro que su Paz, no era la del mundo. La del mundo es la paz de la mentira, de callar la verdad, de la bota que pisotea

La Paz que Jesús nos da, como mediador entre nosotros. La Palabra de Dios es clara, Jesús esta en medio de sus discípulos, cuando les dice, nos dice. “Mi Paz os dejo, mi Paz os doy, no os la doy, como la da el mundo…recordad Yo he vencido, al mundo”

Esa es La Paz que tenemos que dar al hermano, también y sobre todo al hermano, con él que aún no estamos en plena comunión eclesial

La Paz del dialogo sin imposiciones
La Paz del amor compartido
La Paz de la búsqueda de la Justicia
La Paz de aceptar las diferencias
La Paz de agradecer a Dios juntos, el avance en el camino de La Unidad, donde el Dios Uno y Trino, no, nos ha dejado solos, como muestra la firma hace hoy 20 años del acuerdo sobre La Justificación entre La Iglesia católica y, La Luterana, al que se añadirían más tarde, la Metodista, Anglicana, Reformada.

Lo que no podemos hacer, es estar en luchas entre nosotros, porque somos hermanos, y, Jesús derramo sobre nosotros su Paz, y, por eso, y, porque no es la Paz del mundo, no podemos insultar al hermano que difiere en temas de nosotros, ni pretender que tenemos la patente de la salvación.

Sólo hay un Salvador Jesús, y, lo es de todos.

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