Meditación reflexión personal.
Día primero del Octavario
La pregunta del Maestro de La Ley
“Un doctor de la ley, poniendo a prueba a Jesús, dice: Maestro, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna? (Lc 10,25)”
Seguramente deseando poner en un brete a Jesús, Aquel carpintero, hijo de carpintero y aldeana, que andaba ahora de rabino; vivir para ver, pensaría “ el buen hombre”. “A ver, por dónde sales amigo, sabiendo que hemos llegado a recopilar más de 630 preceptos, qué dirás que es mejor, ofrecer buenos corderos al Señor, o dar limosna al pobre, las abluciones que ni tú ni los tuyos practicáis. Qué me llevará más rápido al seno de Abraham a esperar con paz al Mesías
Seguro, me dirás que es difícil saberlo”
Este imagino seria el pensamiento del rabino, a lo mejor su pregunta era sincera, la mal pensada soy yo, pero en esa pregunta no deja de haber un dejé de egoísmo
Le interesa su vida eterna, su salvación. El resto que se pudra
Me recordó una película, basada en una obra del político asesinado, en la Pre Guerra Civil. Calvo Sotelo
La frase es la siguiente.
“Tú a salvar tu almita, y a los demás que nos parta un rayo”
Y, es que no, nos salvamos solos, bueno nos salva Cristo, Aquel al que preguntaba el Doctor de La Ley, pero nos salva en Comunidad, me salvo, cuando amó, cuando me preocupo de la salvación del otro, salvación que empieza ya aquí. Cuando con mi pecado de desamor no lo pongo al borde de la blasfemia-
Por eso Jesús le responderá que lo importante es el Amor
Así solo amando, aceptamos el Amor encarnado, que es Jesús de Nazaret, aunque a veces pensemos que se trata de ritos y otras cosas.
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