martes, 25 de abril de 2017

Sentir como propios los éxitos de nuestros hermanos




Sentir como propios los éxitos y fracasos de nuestros hermanos, porque son de todos, cuando ante la noticia positiva sobre una Iglesia, o Comunidad cristiana, por ejemplo su apostolado, su labor social, su firmeza ante el martirio
su petición de perdón por errores del pasado, su amor a la Escritura, etc. etc

A uno se le escapa, "Ah ya, pero es que son anglicanos, ortodoxos, católicos, bautistas, no me interesa", y, uno prefiere aunque no sean ciertas al cien por cien historias, o leyendas sobre los suyos, sobre su Comunidad, Su Iglesia, huyendo del Ecumenismo, esa persona, es cristiana si está bautizada, pero mal cristiano, un cristiano no mira su propia barriga, el cristiano mira a Cristo, y, Cristo esta crucificado y resucitado, crucificado, no se mira la tripita, mira lejos, mira a lo alto mira a Dios, y, mira al suelo a sus hermanos los hombres, y tiene los brazos abiertos, para que todos puedan ir, para hacer como había dicho Ezequiel, de los dos pueblos uno, uniéndonos por la Sangre de su Cruz, el Abrazo nos lo da al resucitar, y cuando resucita, se pone en medio, para unir, quien esta en el medio, une, a los que están a su lado, Jesús no es sólo el Mediador con el Padre, es también Mediador de unos con otros
por eso el cristiano, católico, anglicano, no puede mirarse la pancita, eso es propio dicho sea con todo respeto y cariño de Buda, la abstracción, el perderse en uno mismo, así se representa a Buda, no a Jesús
por eso los cristianos si de verdad queremos ser buenos cristianos tenemos que alegrarnos de los éxitos de nuestros hermanos, porque al fin y al cabo son miembros de Jesús, por lo tanto sus éxitos son los de Jesús, que lo que hace El Cuerpo, lo hace La Cabeza
y, claro que podemos y debemos alegrarnos de los propios, pero no más ni menos que de los de los hermanos, aunque lleven otro nombre, lo que cuenta es el apellido

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