“Nosotros amamos porque Dios nos
amó primero.
El que dice: "Amo a Dios", y no ama a su hermano, es un mentiroso.
¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?
Este es el mandamiento que hemos recibido de él: el que ama a Dios
debe amar también a su hermano”
El que dice: "Amo a Dios", y no ama a su hermano, es un mentiroso.
¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?
Este es el mandamiento que hemos recibido de él: el que ama a Dios
debe amar también a su hermano”
Hasta los viejos catecismos nos
martillearon, con el amor a Dios sobre todas las cosas, claro que Dios debe ser
el primer objeto, pero a Dios no podemos amarlo directamente, tenemos que
amarlo en sus imágenes que no son las de piedra o yeso, sino todos los seres
humanos
Y, tenemos que amarlos, porque
Dios nos ama a nosotros, porque Dios que es Amor vive y ama en nosotros
Porque Dios no espero a ver
nuestra bondad, para amarnos, nos amó sabiendo como somos
Tenemos que dejar que Dios los
amé por medio de nosotros
Y, ha de ser un amor efectivo
antes que afectivo, y, ese amor exige ver lo que nos separa, y, lo que nos une,
y, si lo que nos separa, separa también
de Dios luchar contra ello, pero nunca contra el hermano, si no separa,
entonces aceptar la diversidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario