sábado, 12 de febrero de 2022

María de Magdala, miraba al interior del sepulcro


María de Magdala, miraba al interior del sepulcro. Ella había ido con las demás a ungir el cadáver del Rabi Jesús, y, no podía aceptar que su cuerpo no estuviese en la tumba, seguro que se había propuesto ir a ver la tumba, y, hablarle; aunque no fuese algo considerado bueno
Sus amigas fueron a llevar el anuncio que le dieron los Mensajeros de Dios, ella no, para ella si no estaba allí lo habían robado, por eso miraba una y otra vez al interior del sepulcro, por si, el cuerpo se había caído
No pensaba en lo que el Rabi Jesús les había dicho, se olvidaba del poder de Dios, para ella, si Dios había permitido que asesinasen en La Cruz a su Mesías, muerto tenía que estar, ya solo quedaba llorar, y, buscar su cadáver, sí porque María de Magdala buscaba un cadáver, no a Jesús al cadáver de Jesús
Los cristianos a veces somos así, vamos a la tumba es decir las viejas tradiciones, no La Tradición viva, no hechos del pasado, más  o menos reciente, a lo que hicieron, nos hicieron, nunca a lo que hicimos
Vamos a lo que se dijo, a “ En mi Iglesia, o iglesia, en mi Comunidad, mi abuela, mi Pastor, mi párroco...”
Todo tiene que estar allí, quieto como quietos están los muertos, los cadáveres, no hay que anunciar nada, todo igual.
Nos gusta mucho mirar la tumba
María de Magdala se aleja llorando, seguramente pensando en volver, y, responde a la pregunta que le hacen los Mensajeros.
¿Por qué lloras?
Y, aquí si responde bien, porque no dice que no sabé donde esta el cuerpo muerto del Rabí, sino que se han llevado a su Rabí, y, no sabé donde lo han puesto
Es entonces cuando el mismo Jesús le pregunta, en el Huerto, como cuando Adan, se encontró en el Huerto del Edén con Eva recién creada, o, como cuando él charló con la samaritana en aquel huerto de Samaría
Jesús le hace la misma pregunta, que le hicieron los Mensajeros, y, ella responde lo mismo
Y, esa pregunta nos la hace hoy a nosotros los cristianos  de cualquier Iglesia o Comunidad, demasiado aferrados a nuestro pasado, nos pregunta lo mismo, por La Escritura, por el mundo que sufre, por nuestra propia inquietud, Por La Iglesia Esposa de Cristo, por unos y otros cristianos
Y, cuando respondemos como María de Magdala, no sé donde lo han puesto, si te lo llevaste tú, dímelo e iré y lo traeré
Entonces él, a María de Magdala la llamó por su nombre, ya lo había dicho, que sus ovejas escuchan su voz, en las llama por su nombre y ellas lo siguen, porque conocen su voz.
María de Magdala era de sus ovejas, por eso lo reconoció conoció su voz; y, lo llamó Rabi, Maestro, porque la Sabiduría el Camino que nos lleva a Dios parte de él y es él
También a nosotros a todos los cristianos, nos llama por nuestro nombre, y, por nuestro nombre eclesial,  y, como somos sus ovejas, lo reconocemos, y, le llamamos Rabí, Maestro porque la Sabiduría el Camino que nos lleva a Dios parte de él y es él
Pero entonces a María de Magdala, le dió por querer retenerlo, que todo volviera a ser como antes
A nosotros muy bien, queremos que todo vuelva al pasado, que todo vuelva a estar bien atado, naturalmente cada uno, quiere que vuelva “al pasado” en que los suyos dominaban
Como les pasa hoy a muchos cristianos católicos, como paso antes a otros de cualquier Iglesia  o Comunidad
Pero Jesús no se deja agarrar, el vino para llevar a todos los hombres al Padre, vino para revelarnos que somos hijos de Dios y por ende hermanos, por eso le manda que vaya anunciar a sus hermanos, que sube a su Padre y Padre de ellos
A nosotros también nos manda, ir a comunicar con la vida, con la palabra, con el servicio a los demás hermanos, no importa donde estén, en que Iglesia o Comunidad estén, que en Jesús Dios nos ha tomado por hijos, que Jesús está junto al Padre, pidiendo que seamos Uno, como ellos son Uno
Que nos sale al encuentro donde menos lo esperamos que es el Viviente, y, por ello no podemos buscarlo en cosas viejas, sino en su Palabra, en el Pan y el Vino donde se hace presente, en el hermano, en el sufriente, en su Iglesia la que es su Cuerpo y su Esposa, y, en la que esperamos Dios su Padre nos reúna un día a todas sus ovejas
Así el mundo lo conocerá lo amará y se salvará
No olvidemos que no está en la tumba, no está en lo viejo, está vivo, y nos quiere vivos.

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