Reconocer el bien del otro, es
una de las cosas más difíciles, en todos los terrenos, pero en el ecuménico, e
interreligioso puede que más, es reconocer las cosas buenas, los dones que
tiene el otro
Y, no que sean buenos, porque
nosotros los tengamos, porque yo lo tenga, no, si no que es bueno, aunque yo no
lo tenga, y, algo a lo que debo aspirar, por ejemplo los hermanos cristianos no
católicos, son un ejemplo en su amor a la Biblia, a los católicos es cierto que
ni se prohíbe y que los últimos
pontífices insisten en su lectura, claro que como no lo manden, con los
católicos van listos, pero fuera de eso, y, de algún sacerdote, son muy pocos
los católicos que son animados a su lectura, más bien todo lo contrario
A ver, no la puedes leer eso no
se le dijo nunca a nadie, pero frases
como
“ten cuidado, no te olvides de
las notas, total si vas a misa, ya lo oyes, no es preciso leer la Biblia para
salvarse, y, es cierto, es un libro muy difícil, muy antiguo, la Odisea más,
cuidado no sea protestante”
Y, ya digo están también los que
te animan a su lectura, a su oración, a su estudio, pocos pero los hay, y, yo
he conocido de ambos lado
Pues bien, como católica tengo
que agradecer y le doy gracias a Dios, por este don dado a mis hermanos no
católicos, de ellos de su amor tenemos mucho que aprender
Ellos de nosotros también a
querer a María, sin la cual no tendrían a Jesús, y no la quieren
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