martes, 28 de marzo de 2017

Emmanuel siempre con nosotros. Chiara Lubich







 Reunirnos en el nombre de Jesús para rezar juntos, para conocer  y compartir las riquezas de la fe cristiana, para pedirnos perdón recíprocamente  es la premisa para superar muchas divisiones.

Podrá parecer que son iniciativas pequeñas.
Pero nada es insignificante de cuando se hace por amor.  Jesús entre nosotros, "fuente de nuestra  unidad" nos indicará el camino para convertirnos en instrumentos de la unidad que Dios quiere.

Esto es lo que dice La Comisión de Fe y Constitución  del Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los cristianos, cuando proponen esta palabra de vida, cuyo material ha sido preparado por un  grupo ecuménico de Dublín.

De hecho desde el año 1968 durante toda la semana de oración por la Unidad de los cristianos vivimos todos juntos  una misma palabra de vida; un signo y  una  esperanza para el camino hacia la plena y visible comunión entre las Iglesias.

Donde estén dos o más reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos.

Pero. ¿Qué significa estar unidos en el nombre de Jesús?
Significa estar unidos en Él en su voluntad. Y sabemos que su máximo deseo, su mandamiento, es  que entre nosotros   exista el amor reciproco.
Por eso, donde dos o más personas  están dispuestas a amarse de ese modo, capaces de posponerlo todo con tal  de merecer su presencia, todo cambia alrededor.
Jesús podrá entrar en nuestras casas, en los puestos de  trabajo  y de estudio, en los parlamentos y en los estadios transformados.
Su presencia será luz para solucionar los  problemas será creatividad para afrontar nuevas situaciones personales y sociales, será  ánimo para llevar adelante las más arduas opciones. Será fermento para la  existencia humana en sus múltiples expresiones.

Su presencia espiritual, pero real estará entre las familias, entre los obreros de las fábricas, en las oficinas, en los astilleros,  está con los agricultores en los campos, se encontrará con los comerciantes, entre los empleados en servicios públicos en todos los ámbitos
Jesús, que vive en medio de nosotros gracias al amor reciproco continuamente  renovado y declarado, también estará nuevamente presente en este mundo y lo liberará de   sus nuevas esclavitudes. Y el Espíritu Santo abrirá nuevos caminos.

Por nuestra  experiencia podemos decir con gratitud a Dios cuán cierto es lo que escribí hace muchos años.
Que si estamos unidos a Jesús, está entre nosotros y esto es  lo que vale.

Vale más que cualquier otro tesoro que pueda  poseer nuestro corazón, más que la madre el padre, los hermanos, los hijos, vale más que la casa, el trabajo, las propiedades, más que las obras de arte de una gran ciudad como Roma, más que nuestros asuntos, más que la naturaleza que nos rodea con flores y prados, el mar y las estrellas, mas que nuestra  alma.
¡Que gran testimonio da en el mundo por  ejemplo el amor recíproco del Evangelio entre un católico  y  un armenio, entre un metodista  y un ortodoxo! por lo tanto   también hoy vivamos la caridad la vida  que Él nos da momento a momento el amor fraterno es el mandamiento básico. Por eso vale mucho    todo lo que es   expresión de fraternidad sincera.
No  vale nada todo  lo que hagamos si  en ello no hay sentimiento de amor por los hermanos.

Dios es Padre  y en su corazón tiene siempre y solamente a sus hijos vivamos para tener a Jesús, siempre con nosotros, para llevarlo al mundo, que no  conoce su paz-

Chiara  Lubich


"Orar la vida" (mes de enero de 2006; a Ciudad nueva)

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