LA VIDA ESPIRITUAL Y LA DENUNCIA SOCIAL SON LOS DOS
PIES
CON LOS QUE HAY QUE CAMINAR”
Entrevista de Revista Teológica-Ateneo Teológico a
Carlos López Lozano, obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE)
Fue en su día (1995) el obispo más joven de la
Comunión Anglicana. Es el quinto obispo de la más antigua de las denominaciones
evangélicas en España, la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE), fundada
en 1868. En la reciente IX Asamblea celebrada en Porto Alegre ha sido nombrado
miembro del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias. Manuel López le
entrevistó en la Iglesia Catedral protestante de la calle Beneficencia de
Madrid.
Después de largos años en los que la representación
española no pasó de simbólica, el Consejo Mundial de Iglesias acoge a un
miembro español en su Comité Central. ¿Cómo se lleva este peso añadido a la
púrpura episcopal?
No hay púrpura; sólo el color… Yo creo que una parte
importante de mi papel como obispo es representar a mi Iglesia en el
extranjero. El protestantismo español se desarrolla en un contexto mayoritario
católico y es por eso por lo que necesita salir. Para mí es importante poder
representar a España en un forote iglesias mayoritarias, como es el Consejo
Mundial de Iglesias
Las críticas más comunes al CMI desde la órbita no
ecuménica coinciden en señalar el desequilibrio entre un “excesivo”
posicionamiento de la organización ecuménica a favor de la justicia social
frente a un “escaso” interés en los temas espirituales. ¿Cómo reequilibrar ambos
objetivos?
Esas críticas no son justas. Las personas que las
hacen ignoran que el CMI da una gran importancia a los aspectos espirituales.
Las críticas vienen de los años sesenta y setenta, en que el Consejo Mundial de
Iglesias no se cruzó de brazos ante temas como el apartheid y la
descolonización en Sudáfrica, dictaduras sanguinarias en América Latina o
injusticias sociales en Asia.
En esta IX Asamblea, el arzobispo Desmond Tute se
define a sí mismo como un producto del CMI. No, el CMI no ha descuidado los
aspectos espirituales; de hecho hay una Comisión dedicada a trabajar en los
aspectos teológicos, Fe y Constitución. Las celebraciones cúlticas tienen gran
importancia. La sede del CMI tiene una capilla ecuménica que es usada dos veces
al día por las personas que trabajan allí. El CMI es muy consciente de que la
vida espiritual y la denuncia social son los dos pies con los que hay que
caminar. Si tuviera un solo pie, no podría caminar bien. Con todo, creo que el
Consejo debería enfatizar más las denuncias de la situación que se está dando
en Oriente Próximo. En este momento es el punto más caliente del planeta y
requiere posiciones de denuncia tan claras como el Consejo defendió en los años
sesenta y setenta en otras partes del mundo.
Superada la crisis de una amenaza de escisión del
CMI del mundo ortodoxo, ¿en qué estado se encuentra ahora la estrategia de
acercamiento del Consejo al mundo pentecostal?
Creo que el CMI es consciente de que las iglesias
pentecostales son una fuerza emergente dentro del cristianismo y que tienen una
gran importancia en África, Asia y especialmente en América Latina. En la IX
Asamblea se ha puesto de relieve la importancia de las iglesias pentecostales
en América Latina. Me gustaría destacar la intervención de un líder pentecostal
argentino que recordó dos cosas: una, que las iglesias pentecostales en América
Latina han cambiado su política de confrontación con la Iglesia Católica y dos,
que tienen el derecho a ser tratadas como iglesias plenas, y no como grupos
religiosos con comportamientos sectarios.
La incorporación de la mujer a las estructuras del
CMI va siendo poco a poco un hecho. Pero ahora es otro colectivo, el de los
jóvenes, el que reclama su cuota, insatisfechos con el 15 por 100 que les
ofrece el Comité Central…
Sé que lo que voy a decirte no es muy popular, pero
yo no estoy de acuerdo con las cuotas. Yo creo que la representación de un
colectivo debe estar en función de su capacidad y su eficacia para hacerse
representar. No sirve que una persona sea elegida para un cargo por ser joven o
mujer, sino por ser responsable y eficaz para el cargo. Está bien establecer
unas cuotas mínimas, que aseguren una cierta representación de colectivos que
en algunos casos no están bien representados. Pero deber ser la cualidad de la
persona la que prevalezca en cuestión de representatividad.
En España sigue sin estar de moda el ecumenismo por
la doble razón de la ausencia de ”proselitismo” de las iglesias miembro del
CMI* y la falta de interés de las iglesias que se mantienen fuera de los
entornos del CMI. ¿Qué fórmulas te propones impulsar desde el Comité Central
del CMI para sacar al ecumenismo de la “vía muerta”?
En primer lugar, debo recordarte que soy una persona
muy humilde, poca cosa para sacar al ecumenismo de la vía muerta. La
información es vital para que los prejuicios desaparezcan. En este sentido, me
propongo informar a todas las iglesias, miembros y no miembros del CMI de la
Península Ibérica actividades del CMI en España y también promover algunas. Mi
esperanza es que en estos cuatro años pueda haber alguna reunión del Comité
central aquí en España.
El creciente fenómeno de los “cristianos sin
iglesia” no parece tener cabida en la agenda del CMI, monopolizada por los
puntos fuertes de los programas de actuación de las distintas iglesias. ¿Cuándo
va a dar cabida el Consejo a la participación de creyentes a título personal?
Es difícil que el MI dé cabida a personas, porque es
un Consejo de Iglesias. Eso no quiere decir que al CMI no le preocupe la
situación de los cristianos sin iglesia. Este es un fenómeno de la
postmodernidad que tiene que ver con que la comunión no sea aceptada por
personas que prefieren estar en un movimiento que no les exige nada ni les
compromete a nada. Es un movimiento muy minoritario que se da en las iglesias
del Primer Mundo. En el Tercer Mundo no ha llegado; allí la pertenencia a las
iglesias es muy importante.
A los cristianos abiertos al ecumenismo, incluso
comprometidos, tampoco les da cancha alguna desde los despachos eclesiásticos
del CMI…
Posiblemente es verdad, pero obedece a las propias
estructuras del Consejo. Son las Iglesias las que están representadas; son las
Iglesias las que son miembros; y son las Iglesias las que tienen el derecho a
elegir a sus representantes. No obstante, pienso que cualquier cristiano que
tenga algo que aportar será bienvenido. De hecho, el departamento de
Publicaciones del CMI viene publicando libros de autores de muy distintas
tendencias que aunque no estén muy vinculadas al movimiento ecuménico, tienen
algo que decirle al movimiento ecuménico.
Como miembro también del Comité Organizador del VII
Congreso Evangélico Español, se sobreentiende que es a ti a quien sobre el
papel corresponde impulsar alguna propuesta ecuménica concreta…
Todavía no está formado el Comité; hay una propuesta
de nombres. El VII Congreso Evangélico Español será una actividad ecuménica,
por el hecho de ser evangélico y español. Si la mayoría no ve claro que haya
impulsos ecuménicos con otros criterios cristianos, yo debo respetar eso.
Medio siglo atrás, en tiempos duros del
nacionalcatolicismo, una pintada en la fachada de una iglesia de la capital
amenazaba con que “Protestantes, iros [sic] a Inglaterra”. Anglicana -la
comunión- y española -la Iglesia de la que eres su obispo-, ¿cómo explicas hoy,
gracias a Dios a salvo de asaltos a las iglesias, la aparente contradicción?
No hay ninguna contradicción. El cristianismo tiene
una dimensión universal y una dimensión local. Esto es claro en el testimonio
de las Sagradas Escrituras. La Iglesia a la que pertenezco es una Iglesia muy
española, porque es posiblemente la única Iglesia que no surgió como fruto de
misioneros extranjeros, sino que fue fundada por un grupo de españoles que
abandonaron la Iglesia Católica y tomaron el modelo de la Iglesia de Inglaterra
y ahí es donde se tiene salida la dimensión universal. La propia Comunión
Anglicana se define como una Comunión universal que tiene múltiples
manifestaciones locales y es muy respetuosa con estas manifestaciones locales
de cada Iglesia miembro de esta Comunidad.
¿Hasta cuándo será utópico hablar de una refundación
de la Iglesia Evangélica Española que acogiera en su seno al Protestantismo
histórico
Yo creo que siempre que ha habido refundaciones en
otras partes del mundo ha habido un proceso muy largo de diálogo, de
comprensión y de integración. En el Protestantismo español nos falta un poquito
más de diálogo, aunque la FEREDE está contribuyendo a este proceso de
integración.
¿Y de una en Iglesia Española Reformada Episcopal…
Ibérica, que incluyera a Portugal y Gibraltar?
El sueño panibérico es muy antiguo. En política y en
religión. José Antonio soñaba con un Estado panibérico con su capital en Lisboa
y con la bandera de Cataluña. Esto la gente lo olvida. Pero la realidad es que
Portugal ha vivido de espaldas a España mirando al Atlántico, enfatizando su
herencia celta, mientras que España ha vivido mirando al Mediterráneo y
enfatizando su herencia íbera. Afortunadamente, la Unión Europea ha abierto
canales de colaboración entre los Estados de la Península Ibérica, y también
entre las Iglesias. Nuestra iglesia en concreto mantiene un diálogo permanente
y unos encuentros de planificación, colaboración y acción conjunta con la
Iglesia Lusitana de Portugal y con la diócesis de Gibraltar. Vas a ser el
primero en publicarlo: yo soy obispo auxiliar de la diócesis de Gibraltar, y el
obispo de Gibraltar es obispo auxiliar mío.
De una fecha para llegar a la “unidad visible de los
cristianos” entonces, mejor no hablamos, ¿no?
Sí es verdad que existe una profunda división entre
los cristianos, Alguien dijo que si el siglo XVI fue el siglo de la Reforma,
cinco siglos después, el XXI, podría ser el siglo de la unidad. Por supuesto,
hay que afirmar que se han dado muchos pasos hacia la unidad de las Iglesias.
Hay muchos diálogos multilaterales entre ortodoxos y protestantes, protestantes
y católicos, católicos y ortodoxos. Algunos pasos importantes se han dado. Por
ejemplo, este año se cumplen diez de la Comisión Porvoo, en la que se llegó a
la comunión plena entre luteranos y anglicanos en Europa, lo que significa que
un luterano se convierte automáticamente en miembro de una Iglesia Anglicana, y
viceversa. Dos cosas son cruciales en el camino de la unidad: una, que la
unidad debe empezar por los son más semejantes y extenderse luego a otros; y
dos, que debemos intentar hacer juntos lo que podamos hacer juntos, porque
hacerlo por separado es duplicar esfuerzos.
Obispo, muchas gracias por tus declaraciones a
teologic@.
Revista teológica@ - Ateneo teológico
Madrid, 14 de marzo de 2006.
* La Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE) y
la Iglesia Evangélica Española (IEE).
www.infoecumene.org
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