lunes, 16 de julio de 2018

Poema del Siervo de Yhv, Isaías 53, 4-12

Isaías  53, 4,12

Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias,
y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades.
El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados.
 Todos andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, y el Señor hizo recaer sobre él las iniquidades de todos nosotros.
Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, enmudecía, y, no abría, la  boca.
Fue detenido y juzgado injustamente, y, ¿quién se preocupó de su suerte?
Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes y golpeado por las rebeldías de mi pueblo.
Se le dio un sepulcro con los malhechores y una tumba con los impíos,
Aunque no había cometido violencia ni había engaño en su boca.
El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento.
Si ofrece su vida en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él.
A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado.
Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y él repartirá el botín junto con los poderosos.
Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los culpables,
siendo así que llevaba el pecado de muchos e intercedía en favor de los culpables.
Es el poema del Siervo de Isaías, que los cristianos identificamos con Jesús, y, es que sólo a Él le cuadran, no por los sufrimientos en sí, es que este, Siervo doliente que es muerto cruelmente, es vuelto a la vida, a una vida mejor, pues sin resurrección no reavivamiento, no se entiende, que se diga, “que verá la luz”, “quedará saciado.”, “Justificara a muchos”, es un cadáver; saciado de gusanos,  únicamente
Pero el Hombre Jesús si fue saciado en la Resurrección, si, Él es el Siervo de Yhv, y, su Hijo amado.
Y, él sufrió por todos, los que andábamos errantes, por el Viejo Israel, y, por los gentiles, a los que trajo a su Iglesia que es su Cuerpo, y, a los que en sí mismo, unió al Viejo y, eterno Israel
Pero nosotros los que nos llamamos cristianos, es decir “otros cristos en pequeñito” hemos no sólo rasgado su túnica, si no abierto nuevas heridas en su Cuerpo que es La Iglesia, dispersándonos por el mundo, enfrentados como enemigos.
Y, por el pecado de la desunión, de no querer buscar lo que nos lleve de nuevo a La Unidad, Jesús sigue crucificado, ante Dios para quien todo es presente
Y, Dios en Él, y, por Él, y, con Él nos invita a unirnos a buscar lo que nos une, a conocernos, y, por Él nos reunirá de nuevo en su Cuerpo que es La Iglesia, porque somos suyos, y, porque Él padeció y fue glorificado por Dios a causa nuestra e intercede por nosotros
Jesús pago al Padre, el pecado de nuestras divisiones
Por eso sabemos que en La Parusía, el Padre nos unirá de nuevo, ante Él ya lo estamos.







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