miércoles, 3 de febrero de 2021

Entregó su vida como ofrenda expiatoria

 

“Entrego su vida como ofrenda expiatoria”

Este versículo de La Biblia, de una de las cartas de San Pablo,  esta referido directamente a Jesús.

Los judíos entre los muchos sacrificios que ofrecían a Dios, tenían él del chivo o carnero expiatorio. Todos ponían sus manos sobre la cabeza del animal, y, le pasaban sus pecados, así ellos quedaban liberado; luego el animalito era echado al monte, fuera del Templo, fuera de lo sagrado, porque era un "animal con pecados", y, allí era muerto, moría solo, moría fuera de tierra sagrada, moría como animal impuro, pero lo más importante no es eso, lo más importante es que moría por el Pueblo, para que no les fueran imputados los pecados, que se le habían cargado al pobre animalito.

No hay que pensar mucho para ver, que esto es sólo un símbolo, en realidad al cabrito, carnero, no le pasaban ningún pecado, pero lo que era un símbolo, en Jesús se hace realidad. Dios carga sobre su Hijo, los pecados de toda la Humanidad, pero no lo hace así en bloque, sino que carga, los pecados concretos que desde los primeros humanos, hasta el último ser humano que exista han cometido,  y, Jesús los asume como propios, como sí él los hubiese cometido. no sólo los de quienes lo acepten, sino también de quienes rechacen la Redención

Por eso Jesús muere fuera de lo sagrado, fuera del Templo, se le mata en un lugar impuro, el Calvario.

Allí muere en La Cruz,  porque La Cruz era una forma impía y maldita de morir, y, muere por cada uno de los seres humanos, en su lugar, en tu lugar, en mi lugar

De ese modo como dirá también Pablo, destruye el recibo de nuestra deuda

Pero claro esta, es preciso que tú, que yo, que todo él que quiera salvarse lo acepte, porque sí no, si rechaza a Jesús como Salvador, y lo rechaza si no cumple al menos la Ley natural, lo que se le imputará será la muerte del Primogénito y Unigénito de Dios, y, para eso ya no hay Redención

Pero tranquilos porque mientras andamos en este cuerpo, hasta el ultimísimo momento, Dios nos busca, para darnos el abrazo del perdón.



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