Que nada nos inquiete

Que nada nos inquiete, arriesgarlo todo por él

"Les dijo no os inquietáis por la vida, pensando que vais a comer, ni por el cuerpo pensando con que os vais a vestir-

La vida vale más que la comida, el cuerpo más que el vestido. Fijaos en los cuervos no siembran ni recogen, no tienen despensa ni granero, y, Dios los alimenta. ¿Cuánto más valéis vosotros que los pájaros?

¿Y, quién por mucho que se esfuerce puede alargar su vida, un instante?

Si no podéis ni lo pequeño, porque preocuparos de lo grande

Fijaos en los lirios del campo, no hilan no tejen y ni Salomón en su esplendor se vistió como uno de ellos

Pues si Dios viste así a la hierba que mañana es arrojada al fuego no era más por vosotros hombres de poca fe

Tampoco os inquiete lo que vais a comer o beber

Son los paganos los que se inquietan por esas cosas, El Padre ya sabe que las necesitáis

Buscad el Reino de Dios y su Justicia, lo demás se os dará por añadidura

No temas rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha querido daros el Reino

Vended vuestros bienes y dadlos en limosna, haceos bolsas que no se desgasten, y, haceos un tesoro en los cielos, donde no entran polillas ni ladrones

Donde esta tu tesoro, esta tu corazón." Lucas 12, 22, 34

Era la lectura que se proponía el 4º día del Octavario del pasado año

Es un Evangelio difícil, y, aunque lo parezca no llama al “dolce far niente”, es cierto lo que dice de los pájaros, pero no lo es menos que Dios no les lleva el grano, o el gusano al nido.

Los cristianos a nivel de Iglesia, a nivel personal, podemos caer en dos tentaciones una la de pensar que si no, nos aclimatamos al mundo, no vivimos como el mundo quiere, acabaremos sino muertos marginados, se nos negará hasta el agua, Jesús nos dice que confiemos en su Padre, la otra tentación es querer obligar a que todo el mundo sea cristiano, y, no sólo eso de mi Iglesia, pero Jesús no quiere eso, nos recuerda que somos un rebaño pequeño, no una gran manada

Nos pide que vendamos nuestros  bienes, no hay que tomarlo literalmente, lo que tenemos que ser es desprendidos, poniendo los bienes que Dios nos dio al servicio de todos, y, no pensar en los materiales eso hasta un ateo puede, sino en La Fe, La Esperanza, El Amor, en vivir en cristiano en medio del mundo, y, viviendo en Unidad, para que el mundo al vernos unidos, crea en Jesús y sea salvado

Por eso demos gracias a Dios por La Unidad otorgada, y, pidámosle nos una  el día por el señalado en La Iglesia Cuerpo de su Hijo, para que seamos Uno, como ellos son el Uno eterno, crea así el mundo que Dios envío a Jesús, y, todos se salven.